Menú
Carlos Semprún Maura

Revuelo en el patio

En el patio socialista, se entiende. El último capítulo, hasta la fecha, es el libro-entrevista –método rápido pero torpe de escribir libros– de Marie-Noëlle Lienemann, líder, con Julien Dray (ex trotsquista) y Jean-Luc Melechon, de la Izquierda Socialista, que fue Ministra de Alojamiento, o sea de nada, en el Gobierno Jospin, y que dicta una furibunda diatriba contra Lionel. La Lienemann es muy bestia, pero también muy hipócrita. cuando estuvo en Puerto Alegre, escala obligatoria del turismo progre como hasta hace poco lo era Chiapas, a hacer una visita a “sus” pobres con José Bové y la Viuda Alegre, ocultó sus lujosos pendientes. Pero había cámara, y su gesto se vio. Aunque su libro constituye una retahíla de insultos más que de reflexiones, se dibuja algo que puede parecerse, de lejos, a una línea política: perdimos porque no fuimos bastante de izquierdas, dice. Jospin (ex trotsquista) se dejó impresionar por sus ministros de Economía, Strauss-Khan, primero, Laurent Fabius, después, demasiado “liberales”. Defiende asimismo las tesis claudinistas de antaño: socialistas y comunistas unidos en un partido-jamás-vencido. Pese al sopor veraniego y a la confusión fruto de la derrota, se van dibujando las aún imprecisas fronteras que dividen el PS.

Como tema a debate, la creación de un partido de toda la izquierda, imitando a la derecha con su UMP. Pero se discute si con todos, incluyendo a los verdes radicales, o sólo con los comunistas, quienes dicen que ni hablar. Creo que el primero en haber lanzado esa idea en “Le Monde”, convertido en tribuna de discusión del PS, fue Michel Rocard, que defendía la unión de todos en una sola organización de la izquierda plural. Pero también defendía ideas “liberales”, y hasta citaba imprudentemente a Blair como ejemplo. Precisaré que si el término de liberal se emplea a menudo, sobre todo como insulto, nunca tiene nada que ver con Karl Popper, se trata únicamente de saber si el estado tiene que ser más “metomentodo” (como escribía Arrabal) de lo que ya lo fue, o si debe ser más humilde y eficaz, y dejar mayor libertad de iniciativa al sector privado. Pues bien, tanto Rocard como Henri Weber (ex trotsquista), lugarteniente de Fabius y que defiende tesis bastante parecidas pero sin citar a Blair, en la segunda parte de sus artículos se libran a un ejercicio demagógico, de uso interno, intentando demostrar que sus ideas nada tienen que ver con ese maldito neo o ultra liberalismo capitalista que crea miseria por doquier, cuando saben perfectamente que es mentira, que, a nivel mundial, es la economía burocrático-estatal la que crea miseria. Véase sino a las dos Coreas, por ejemplo, pero consideren que esa lengua de palo es necesaria para no escandalizar a las tropas socialistas, esencialmente compuestas de funcionarios.

“Le Monde” le pidió al astro ascendente en el PS, Jean-Christophe Cambadelis (ex trotsquista), que explicara lo que pensaba de las declaraciones de Lienemann. No le gustan nada. Y desvelando su marxismo-leninismo, declaró que para que una crítica sea “constructiva” debe ser “colectiva”. Recordaré, para demostrar cómo se usa la ética en el PS, que este mismo Cambadelis fue levemente condenado por los tribunales por un “salario ficticio” que recibió durante años de un infame negrero, gerente de hogares para inmigrantes, los cuales malvivían en condiciones infrahumanas. Cambadelis conoció ese escándalo y pensó denunciarlo cuando era diputado PS de París, pero habiendo perdido su escaño en 1993, convirtió su denuncia en “mordida” del negrero y hoy, pese al fallo de la Justicia, está tan tranquilo y, más progre que nuca, trepa en el PS. Lo mismo que Henri Emmanuelli, que se las da de Saint-Just de la pureza revolucionaria y que fue condenado a prisión por desfalcos. Si he citado a algunos trotsquistas o ex, no es para denunciar vete a saber qué pecado existencial, sino para notar la importancia del trotsquismo, porque son muchos más en la dirección del PS. La venganza de Don Mendo, o del “Viejo”.

En Internacional

    0
    comentarios