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Carlos Semprún Maura

Temor a ETA en Francia

Me parece interesante señalar los titulares de los dos diarios franceses más influyentes, Le Figaro y Le Monde, el lunes 5 de marzo. Los más influyentes, pero no los más vendidos. La prensa regional, como Ouest-France y Sud-Ouest, venden casi el doble, pero, bueno, a lo nuestro: mientras Le Figaro titula en portada “Terrorismo vasco; el contagio francés”, Le Monde dedica el suyo a cómo “Luchar contra la violencia en las escuelas”. Evidentemente, entre indignación, psicoterapia, sociología barata y justificación anticipada de una posible y futura represión del gamberrismo, se olvidan de lo esencial: cuando una casa se derrumba, salen las ratas, cuando un terremoto arrasa aldeas y ciudades, surgen los ladrones. Cuando la Educación Nacional francesa ha sido durante años sistemáticamente siniestrada por los sucesivos ministros y los sindicatos de enseñanza, aparecen los violentos.

Los artículos de Le Figaro nos atañen más directamente, aunque nuestra enseñanza tampoco sea un modelo. Basándose en un informe confidencial de la “Unidad de coordinación de la lucha antiterrorista” (sic), informan sobre el considerable aumento de la violencia callejera en el País vasco francés, y asimismo la creciente actividad de organizaciones nacionalistas como Iparreterrak, Jarrai, y otras, fuertemente controladas y jaleadas por ETA, que no sólo intentaron incendiar Bayona durante la reunión europea en Biarritz, sino que también estuvieron en diciembre en Niza, durante la cumbre asimismo europea, cuando aparecieron pintadas “Gora ETA”, y de paso se incendiaron coches y se destruyeron escaparates. Si el “informe confidencial” y el diario se inquietan ante ese aumento radical de la violencia, subestiman radicalmente, por así decir, la práctica de extorsión de fondos, calificada de “impuesto revolucionario”, que consideran incipiente, en Francia, cuando es mucho más corriente y moliente, de lo que dicen. Ocurre que casi todos los que por miedo pagan, por miedo se callan. Le Figaro sólo cita el caso del futbolista Lizarazu, amenazado por colaborar con un “país enemigo” (¿cuál será? ¿Francia o Alemania?), pero resulta que el futbolista y su familia han hecho público el chantaje. Lo cual no quiere decir que no hayan pagado...

Lo que parece inquietar especialmente a las autoridades francesas, es el intento fallido, ya que un informador lo denunció a tiempo, de un comando armado, por liberar a la fuerza, a tres etarras, Jacques Esnal, Julián Achurra Egurola, y sobre todo, José Luis Urrusolo Sistiaga, detenidos en una cárcel de Moulins, en el centro de Francia. De la violencia callejera al terrorismo, si se sigue la lógica de ETA, sólo hay un paso, y me parece positivo que los franceses comiencen a inquietarse seriamente, ya era hora. Pero seamos honestos, lo que ocurre en casa, siempre preocupa mas que lo que ocurre fuera. Pero si ésta inquietud se convierte en firmeza y eficacia, puede que Francia deje de ser refugio y retaguardia del terrorismo etarra. Algo se ha hecho, pero se podría hacer mucho más.

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