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Carlos Semprún Maura

Truenos y relámpagos

Creo que por primera vez, la asociación Alternativa Liberal ha logrado organizar una manifestación de miles de personas (15.000 o 20.000, las cifras varían) en París, para protestar contra la huelga de transportes y el bloqueo de las universidades.

Eric Brunet, periodista de la televisión, escribió un libro llamado Étre de droite: un tabou français (Ser de derechas: un tabú en Francia). Es un recorrido de aquelarre que muestra el sectarismo y la hipocresía de la sociedad francesa: "Los franceses votan a la derecha [no siempre, precisaría yo], pero declararse de derechas constituye un obstáculo y procura toda clase de sanciones, en los medios, la educación, el mundo de la cultura y hasta en la administración estatal". Esto es totalmente cierto y lo he comprobado mil veces en la radio, en la prensa y en la sociedad de autores.

No obstante, lo que me interesa hoy son los medios y su postura ante las huelgas. He notado algo curioso: como la mayoría de las redacciones de las radios y televisiones estatales fueron constituidas en tiempos del Gobierno Jospin (Raffarin no cambió a nadie), el Partido Socialista es el partido más influyente en ellas. Como resulta que el PS tiene una actitud indecisa frente a la huelga de transportes, los medios también que intentan disimular bajo el manto de la objetividad. En efecto, los socialistas aprueban el fin de los "regímenes especiales", el paso a 40 años de cotización para todos los asalariados, pero como tiene que criticar al Gobierno, se enseñan con sus "métodos" y con la ausencia de "verdaderas negociaciones".

Mientras tanto, la huelga prosigue. Este lunes por la mañana se ha anunciado que las cosas van algo mejor: circulan más trenes, metros y autobuses. El problema es que si ahora, por ejemplo, circula un 50% de los TGV (trenes de alta velocidad), esta tarde todo puede cambiar: más trenes de lo previsto, o menos. En realidad, y como estaba previsto, todo el mundo está esperando la jornada de este martes, con la huelga general y las manifestaciones de todas las categorías de funcionarios. Si es masiva, eso puede relanzar la huelga de transportes y otras acciones. Si se limita a ser, sin más, puede que las negociaciones previstas para el miércoles sean positivas. Las reivindicaciones de esta "jornada de acción" no son idénticas a las de los ferroviarios y resultan menos impopulares: se exige un aumento de salarios y se protesta por la disminución del número de funcionarios.

Se ha glosado mucho sobre la división sindical y el divorcio entre dirección y base, sobre todo en la CGT. Tengo mis dudas. La contradicción aparente entre la dirección de la CGT, con su secretario general Bernard Thibault, más conciliador, y Didier Le Reste, secretario de la Federación de Ferroviarios, intransigente, puede ser un simple reparto de papeles en espera de cómo evolucione el conflicto. No olvidemos que todos los sindicatos juntos solo representan al 8% de los asalariados. No pueden "arrastrar" a sus militantes a una acción porque no tienen; la base no está sindicada.

Creo que por primera vez, la asociación Alternativa Liberal ha logrado organizar una manifestación de miles de personas (15.000 o 20.000, las cifras varían) en París, para protestar contra la huelga de transportes y el bloqueo de las universidades. Mientras tanto, los estudiantes "revolucionarios" siguen haciendo el memo.

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