Mientras decidimos si la de Apple es un producto de la compañía de Cupertino o más bien nació en Hollywood, el Ipad en particular y las tabletas en general van ganando espacios de uso en los que su éxito no se basa en ser una moda o un objeto de semilujo y para tecnófilos, sino que implica practicidad y ahorro y puede, por tanto, ser una decisión empresarial lógica.
Digo esto, sobre todo, por la decisión que ha tomado una de las principales aerolíneas del mundo de sustituir los manuales de vuelo en papel por Ipads con una aplicación específica.
La idea supondrá la adquisición de 11.000 tabletas, lo que puede parecer un capricho muy caro pero está muy lejos de serlo: sorprendentemente, al menos para los que no conocemos bien el mundo de la aviación, el uso de los Ipads supondrá reducir el peso que tendrá que transportar cada avión en nada más y nada menos que casi 17 kilos, que es lo que pesan los susodichos manuales de vuelo.
Quizá 17 kilos en un avión que pesa y transporta toneladas les parezca una nimiedad, pero nada menos cierto: según los cálculos de la propia compañía esto supone un ahorro de 326.000 galones al año (1,24 millones de litros), lo que traducido a dinero contante y sonante son cerca de un millón de dólares en combustible, a precios de esta semana.
Además, por supuesto, del ingente ahorro en papel y en trabajo, ya que estos manuales de vuelo son constantemente cambiados y actualizados y en ello se gastaban cada año 126 millones de folios, una cifra igualmente fabulosa de tóners de impresora y una ingente tarea de gestión para mover tanto papel de acá para allá.
Y por si todo esto fuera poco, la compañía nos asegura también que con los Ipad será mucho más sencillo y rápido acceder a la información que busquen en cada momento, y no sé a ustedes, pero a mí pensar en un piloto rebuscando durante el vuelo algo importante entre una montaña de papeles me produce cierta, digamos, desazón.
En definitiva, un excelente ejemplo de que algunas de las cosas que venimos defendiendo por aquí columna tras columna: que el camino de lo digital tiene también una lógica basada en la facilidad de uso, en razones económicas y, en definitiva, en que puede ser más práctico.
Sé que la operación no es sencilla, pero traten de trasladar mentalmente el esquema de United Airlines a la industria editorial. El resultado, salvando las enormes distancias, puede ser el mismo: es más barato, más cómodo y más práctico leer libros digitales, ya sea en tabletas o en e-readers.
Y que lo hagamos casi todos es una cuestión de tiempo y de que el tema económico acabe de cuadrar.