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Carmelo Jordá

Señales de cambio en la Galaxia Gutemberg

Otro acontecimiento de relevancia reducida pero de gran significado simbólico: al menos en una de las muchas casetas de la Feria del Libro de la que hablábamos antes se podrán comprar también libros electrónicos.

Mientras nos preguntamos por qué tres de las principales editoriales españolas no han sido capaz de lanzar su plataforma de libros digitales para la Feria del Libro de Madrid, probablemente el acontecimiento del sector más importante del año (se espera el lanzamiento de Libranda el próximo día 8 aunque al parecer habrá retraso), pequeñas pero significativas señales nos dicen que algo está cambiando en nuestra particular Galaxia Gutemberg.

No está siendo tan rápido como pensamos y nos gustaría, pero la llegada del libro electrónico sí está resultando tan imparable como habíamos imaginado. Incluso en España, varios acontecimientos de mayor o menor importancia real (pero todos muy significativos) nos transmiten esas señales inequívocas.

La primera de ellas: el lanzamiento del iPad y además el mismo día en el que se inaugura la mencionada Feria del Libro, supongo que no ha sido intencionado, pero hasta eso les ha salido bien. Se ha tratado de una operación muy hábil de Apple que logró (dicen que se sirvieron muy pocos y que en el envío a las tiendas ya se adjuntaba el cartel de Agotado) que en el primer día se acabasen en todas las tiendas, manteniendo la expectación en todo lo alto y logrando, una vez más, pleno de portadas en la prensa.

Coincide también en estos días con otra noticia relevante sobre el iPad: el anuncio de Apple de que ya han conseguido vender dos millones de unidades del dispositivo, y lo han hecho en sólo 60 días. Es, efectivamente, un aparato de cuya utilidad no acabamos de estar seguros, como bien dice Daniel en el análisis que ha publicado en Libertad Digital, pero que aún así será, probablemente, el que más contribuya a que nos acostumbremos a leer en una superficie diferente del papel.

Lectura, por cierto, que he de decir que me ha sorprendido favorablemente: en el poco tiempo que he logrado que pasase por mis manos el dispositivo que tuvimos en la redacción de LD (no voy a decir que nos matásemos por cogerlo, pero casi) la aplicación de lectura me gustó bastante: creo que hay que ser un lector muy empedernido para que no nos resulte satisfactoria y, como otras muchas cosas de Apple, tiene un encanto especial a la hora de usarla.

La segunda señal del advenimiento de los libros electrónicos (y perdonen el tono bíblico) es una muestra evidente de la penetración que han logrado los e-readers: ya hay una empresa que ofrece productos para que no "desaparezcan" de las superficies comerciales donde, al parecer, se han convertido en una de las estrellas para el gremio del hurto.

Puede parecer que hace mucho de ello, pero cuando compré mi Sony Reader a una tienda inglesa en la red hace año y medio, el único dispositivo que se podía encontrar en algunos (pocos) puntos de venta era el hispano Papyre (qué valentía y audacia la de Granmata, por cierto). Para comprarte cualquier otro había poco menos que montar una expedición con porteadores y todo y, o bien encargárselo al típico primo de viaje en los EEUU o bien arriesgarse con compras en eBay, habitualmente a precios bastante elevados.

Hoy, por el contrario, cualquier tienda medianamente especializada nos ofrece una decena de modelos que elegir y algunos con precios razonablemente competitivos. Con el iPad, sus nuevas y mejoradas versiones y sus diferentes imitadores (que aunque se estuviesen planeando desde antes tendrán que soportar siempre ese apelativo) las opciones se multiplican casi cada mes.

Por último, otro acontecimiento de relevancia reducida pero de gran significado simbólico: al menos en una de las muchas casetas de la Feria del Libro de la que hablábamos antes se podrán comprar también libros electrónicos. ¿Sólo en una?, preguntarán los escépticos. Pues sí, pero es un inicio y aunque no creo que los amigos de la editorial Equipo Sirius hagan su agosto en este mes de junio, sí estoy seguro de que con el tiempo tendrán la vitola de haber sido los primeros de algo que, año tras año, será mucho mayor.

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