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Cayetano González

El PNV que echó a Rajoy se acerca a Casado

Si Casadp opta por profundizar en el entendimiento político con el PNV debe saber que el PP vasco estará muerto y no levantará cabeza en muchos años.

El PNV, que con sus 6 escaños fue determinante para que triunfara hace veinte meses la moción de censura contra Rajoy presentada por Sánchez, ha movido ficha y ha llevado a cabo un acercamiento al PP de Casado, al que éste no ha hecho ascos. El PP y el PNV alcanzaron la pasada semana un acuerdo mediante el cual el partido de Casado apoyó la designación de un periodista afín al PNV como miembro del consejo de administración de RTVE, y pactaron asimismo el nombre de un juez, que ejerce su labor en Vitoria, como vocal del Consejo General del Poder Judicial. El nombre de este juez que fue puesto encima de la mesa de negociación por el PP fue rechazado en un primer momento por el PNV, pero en menos de veinticuatro horas cambio de criterio y dio su consentimiento al negociador de los populares, Teodoro García Egea.

Este entendimiento entre el PNV y el PP puede tener una doble explicación. Por un lado, en el PP –dentro de lo que la estrategia política de Casado entiende  por moderación y  girar al centro- no ven con malos ojos tender puentes con un partido con el que los populares ya tuvieron en el pasado sus pactos –el PNV apoyó la investidura de Aznar en 1996 o los presupuestos del gobierno de Rajoy en 2019- y también muchos desencuentros, fundamentalmente en la política antiterrorista y en la política penitenciaria con los presos de ETA.

Por parte del PNV este movimiento de acercamiento al PP es un mensaje a Pedro Sánchez, que en los últimos meses no ha dejado de hacer guiños a Bildu,  rival directo del partido de Ortuzar en el País Vasco. El PNV teme, y con razón, que Sánchez y el PSOE tengan en la cabeza conformar, si los números dan en las próximas elecciones autonómicas, un gobierno en Vitoria con Bildu y Podemos, para desalojarlos del poder en el que llevan desde las primeras elecciones autonómicas en 1980, salvo un breve periodo de tiempo en el que fue lehendakari el socialista Patxi López, gracias al apoyo que le dio el PP vasco presidido entonces por Antonio Basagoiti.

Pero la actual dirección nacional del PP debería tener en cuenta las consecuencias letales que para el PP vasco conllevaría un entendimiento prolongado en el tiempo con los nacionalistas vascos.  El PP  tiene, por encima de cualquier otra consideración, una función esencial en el País Vasco: ser el muro de contención al nacionalismo vasco del PNV y a los herederos políticos de ETA. Ambas cosas es lo que hicieron grande al PP vasco de la década de los 90 y de comienzos de este siglo –bajo los liderazgos de Jaime Mayor Oreja, María San Gil y Carlos Iturgaiz-, convirtiéndose en un referente para muchos españoles, votaran o no esas siglas.

El PNV es un partido que siempre ha sabido oler la debilidad del contrario y sacar el mayor rédito de ello. En estos momentos es consciente de que el PP y Pablo Casado no pasan precisamente por su mejor momento. Si la dirección nacional de los populares opta por profundizar en el entendimiento político con el PNV debe saber que el PP vasco estará muerto y no levantará cabeza en muchos años, porque el espacio social que, aunque pequeño, tienen todavía los populares en el País Vasco, no verá necesario ni útil seguir votándoles. Algunos optarán por VOX, otros por quedarse en casa, o incluso algunos darán su papeleta al PNV, ante el peligro real de que Bildu, con Otegui a la cabeza, llegue a Ajuria-Enea con el apoyo del PSOE y Podemos. 

Es de suponer que Casado habrá medido el malestar y el desconcierto que puede haber causado en dirigentes y militantes de su partido el haber conocido los acuerdos, de la importancia de los reseñados, alcanzados con el partido que hace menos de dos años fue clave a la hora de echar a Rajoy de la Moncloa. Amén de que el PNV, después de aquella moción de censura, no ha dejado de apoyar al gobierno social comunista del PSOE y Podemos: desde la investidura de Sánchez hasta la aprobación de los actuales Presupuestos Generales del Estado. Aunque en política se ven cosas muy raras, esta entente entre el PP y el PNV es bastante incomprensible y necesitaría una explicación pública del actual líder de los populares.

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