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Cayetano González

Un Gobierno desarbolado que produce sonrojo

Zapatero es el peor presidente del Gobierno que ha tenido España en muchísimos años y sólo cabe esperar que, por el bien de todos, sea desalojado democráticamente del poder cuanto antes.

La descomposición del actual Gobierno de Zapatero va una velocidad alarmante, no solamente para sus integrantes, sino sobre todo para los ciudadanos que asisten impávidos, un día sí y otro también, a la inacción, a la mediocridad y a las continuas meteduras de pata de unos ministros que conforman, con mucho, el peor Ejecutivo que ha tenido España desde la transición política.

El Gobierno ha entrado en un estado de shock permanente. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, salió muy tocada tras la nefasta gestión que llevó a cabo en la crisis provocada por el secuestro del Alakrana. De la Vega, tan ensalzada otrora por los medios de comunicación "palmeros" del Gobierno, está en sus horas mas bajas y da toda la impresión que ya ni coordina, ni impone su autoridad en el Gabinete. Eso sí, cada día se la nota más nerviosa, crispada y sigue aprovechando de forma impúdica las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros para atizarle a la oposición, en lugar de explicar a la opinión pública los desaguisados del Gobierno.

A la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, hasta un ciego puede ver que el cargo le queda no grande, sino enorme. Así lo ha entendido también la Comisión Europea en una valoración muy negativa que ha hecho de la gestión y de la capacidad de la señora Salgado. Pero sobre todo, notan esta incapacidad de la vicepresidenta los ciudadanos que están sufriendo directamente los efectos de la crisis económica.

Qué decir del vicepresidente tercero, Manuel Chaves, al que Zapatero se trajo a Madrid para quitárselo de en medio en Andalucía y nada más llegar a la capital le estalló el escándalo de la subvención a la empresa en la que trabaja su hija. Chaves da toda la impresión de que se aburre en el Gobierno y que ni él mismo sabe para qué está y cuáles son sus funciones. Eso sí, mientras se aclara, buen sueldecito y coche oficial.

Al ministro de Asuntos Exteriores se le acumulan los problemas encima de la mesa. Dese el caso de la activista saharaui, Aminatu Haidar, hasta los reiterados incidentes con Gibraltar; el último, francamente humillante para España, con la detención por parte de la policía del Peñón de cuatro guardias civiles que perseguían a una lancha con presuntos delincuentes y que provocó una más que discutible por exagerada llamada del ministro del Interior al primer ministro de Gibraltar pidiéndole disculpas.

Un ministro del Interior, con mucho el más avezado del Gabinete, que sin embargo tiene un caso por esclarecer en su Departamento que es un auténtico escándalo. Me refiero al chivatazo dado desde dentro de la Policía, en pleno proceso de negociación política de Zapatero con ETA, al dueño del bar "Faisán" y que evitó la detención del aparato de "extorsión" económica de la banda terrorista. Un asunto francamente feo, muy feo, por el que, a lo mejor, Rubalcaba tiene que asumir en un futuro próximo responsabilidades políticas.

La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, es el vivo ejemplo de lo que significa no tener un mínimo de dignidad personal y política. Desautorizada por el propio presidente del Gobierno en relación con las medidas que su Ministerio pensaba adoptar relativas a algunas páginas web en internet, hoy es el día en que la señora González Sinde sigue en su puesto y no ha tenido la decencia de irse a su casa.

La ministra florero de este Gobierno, Bibiana Aído, que cada vez que aparece en público da toda la impresión de que está encantada de haberse conocido, ha liderado la "hazaña" de elaborar una ley que en la práctica supone el aborto libre en nuestro país y que ahora se dispone a "maquillar" para conseguir el apoyo de algunos grupos como IU o el PNV.

No pretendo seguir "flagelando" a los lectores deLibertad Digitalcon un repaso ministro a ministro. Creo que con lo que figura anteriormente es más que suficiente por hoy, aunque ganas no me faltan de decir alguna cosita de la gran esperanza de Zapatero, la ministra de Defensa, Carmen Chacón. Pero solo añadiré una cosa: el gran responsable de este desaguisado es obviamente el presidente del Gobierno, no sólo porque a él le corresponde la facultad de nombrar o cesar a los ministros, sino porque Zapatero predica ampliamente con el ejemplo: su nivel de incompetencia para pilotar la nave gubernamental es algo que tras cinco años largos en la Moncloa, ha acreditado con creces. Es el peor presidente del Gobierno que ha tenido España en muchísimos años y sólo cabe esperar que, por el bien de todos, sea desalojado democráticamente del poder cuanto antes, aunque algunos de los daños que ha causado sean ya irreparables y en otros casos va a requerir de un gran esfuerzo para repararlos.

En España

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