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César Vidal

Republicanos y de derechas

La historia de la Segunda república española es la de un proyecto de avance que, al no estar abierto a la totalidad de los españoles, se condenó a si mismo al fracaso desde sus primeros meses y acabó en un enfrentamiento armado. Sin embargo, ni el desenlace ni el inicio tenían porqué haber sido de esa manera. Un ejemplo de la veracidad de este aserto se encuentra en la existencia de una derecha liberal que procedía en buena medida de una extracción de monárquicos desengañados con el sistema de la Restauración (Alcalá-Zamora, Maura, etcétera) o de republicanos reformistas.

Considerada débil por los votantes de derechas en 1931 y 1933, tras la sublevación armada de socialistas y nacionalistas en 1934, su gran intento fue constituir un partido democrático del Centro partidario a la vez del mercado y de las reformas sociales. El intento fracasó debido a sus divisiones internas, al incumplimiento de buena parte de sus propios estatutos (en especial, los referentes al gobierno interno de los partidos) y a la escoración –¿realmente inevitable?– de la opinión española hacia soluciones revolucionarias o, por temor y reacción, defensivas frente a la revolución. Su fracaso resultó, así, el de toda la nación.


L. I. Fernández, La derecha liberal en la segunda república española, UNED, 2000, 634 páginas.

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