Me sorprende mucho las cábalas que se hace todo el mundo sobre el PP de Rajoy, estrujándose todo el mundo las meninges para interpretar a Rajoy y atribuyéndole en última instancia una estrategia de moderación y tal y cual. Es todo mucho más sencillo. Simplemente, Rajoy es un personaje vacío de ideas. Basta con repasar sus declaraciones en su ya larga trayectoria en la primera línea de la política española. Son un muestrario completo de una vaciedad insulsa e irrelevante, que resulta asombrosa en alguien que se supone que aspira a liderar algún día un país tan complejo como España. Por mucho que se busque no habrá nada que represente una reflexión personal, acertada o no, que se comparta o no, pero que sea algo salido de una elaboración intelectual. Rajoy es un mero funcionario que aspira a alcanzar la promoción de jefe de la oposición a presidente del gobierno, y si alguien le preguntara por qué, diría que pues algo hay que hacer en la vida. No hay más, no hay que esperar más de él. El problema es que los españoles no queremos un funcionario. Queremos un jefe de la oposición que presente proyectos de progreso a la sociedad.
Por favor, doña Cristina, encárguese de que LD nos recuerde constantemente la miseria de este pp-mari-ano, no sea cosa que al llegar las elecciones volvamos a votarlo pensando que lo hará mejor que zp. ¡Qué triste tener que reconocer que el rastrero de zapatero es mejor líder que el caracol mari-ano! Felicidades y ¡adelante!, doña Cristina
Me sorprende mucho las cábalas que se hace todo el mundo sobre el PP de Rajoy, estrujándose todo el mundo las meninges para interpretar a Rajoy y atribuyéndole en última instancia una estrategia de moderación y tal y cual. Es todo mucho más sencillo. Simplemente, Rajoy es un personaje vacío de ideas. Basta con repasar sus declaraciones en su ya larga trayectoria en la primera línea de la política española. Son un muestrario completo de una vaciedad insulsa e irrelevante, que resulta asombrosa en alguien que se supone que aspira a liderar algún día un país tan complejo como España. Por mucho que se busque no habrá nada que represente una reflexión personal, acertada o no, que se comparta o no, pero que sea algo salido de una elaboración intelectual. Rajoy es un mero funcionario que aspira a alcanzar la promoción de jefe de la oposición a presidente del gobierno, y si alguien le preguntara por qué, diría que pues algo hay que hacer en la vida. No hay más, no hay que esperar más de él. El problema es que los españoles no queremos un funcionario. Queremos un jefe de la oposición que presente proyectos de progreso a la sociedad.