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Cristina Losada

Ministro del bulo

Hay ahora mismo una serie de digitales, todos en lengua inglesa, que llevan la encuesta: "¿Qué opinas de la calidad de la carne española?".

Hay ahora mismo una serie de digitales, todos en lengua inglesa, que llevan la encuesta: "¿Qué opinas de la calidad de la carne española?".
El ministro de Consumo, Alberto Garzón. | Europa Press

El ministro Garzón y su partido, más unos cuantos comentaristas prestos a quemarse en la pira, si hiciera falta, por el triunfo de la verdad y la derrota de la mentira, dicen que es un bulo lo que he leído en The Guardian. Yo lo he leído y releído, lo he comparado con la respuesta original que publicó Garzón para demostrar que la habían resumido y restado contexto, y tengo que decir que el periodista le hizo un gran favor y hasta un favor extraordinario. De entrada, por eliminar algunas frases deshilvanadas y otras que daban la impresión de que hablaba de oídas. Y, sobre todo, por titular con una extrema moderación. Otro, menos considerado, hubiera titulado la entrevista con "España exporta carne de mala calidad". Y como subtítulo: "El ministro denuncia el maltrato a los animales y la contaminación del suelo y el agua".

No se le hubiera podido reprochar al periodista que pusiera esos dos titulares. El ministro lo dijo. Acompañados de una referencia a las macrogranjas, habría sido impecablemente objetivo: "España exporta carne de mala calidad de sus macrogranjas". Y el subtítulo del maltrato y la contaminación, igual que antes. Garzón no especificaba cuántas macrogranjas hay, ni qué porcentaje representan de la carne que se exporta, ni de qué carne estaba hablando, por lo que el lector bien puede suponer que la mayor parte de la carne exportada reúne esas características nocivas. A fin de cuentas, era en ese punto donde se mostraba más beligerante.

Por la falta de precisión, de criterio y de tino del ministro, el sector ganadero español se ha visto retratado como un grupo donde abundan los desaprensivos maltratadores de animales y los despreciables contaminadores que provocan –esto iba en la respuesta larga– "un impacto ecológico descomunal y desproporcional". Todo ello en un medio británico de alcance internacional, lo cual garantiza que ese retrato de brocha gorda aparezca en más medios y llegue a más público. Hay ahora mismo una serie de digitales, todos en lengua inglesa, que llevan la encuesta: "¿Qué opinas de la calidad de la carne española?".

A un mes de las elecciones en Castilla y León, Garzón le ha hundido la campaña a su partido con esta espectacular torpeza, de ahí que intenten contrarrestarla con la mascarada del bulo del bulo. La mascarada no es una estupidez, como sí fue lo del ministro. Con el bulo del bulo introducen la dosis de confusión necesaria para que la distinción entre lo veraz y lo falso en este episodio no se establezca en función de los hechos y dependa sólo del alineamiento político. Únicamente el temor a ese impacto electoral ha podido forzarles a una rectificación de facto, inconfesa, de las palabras Garzón. Por su continuidad en el Gobierno no temen. Sánchez no tiene poder para destituirlo, y lo saben perfectamente.

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