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Cristina Losada

Redecoraciones e infamias

El vicesecretario general del PSOE declaraba que Galicia dispone de "dos lenguas propias". Hasta hace un cuarto de hora, él mismo hubiera motejado de "enemigo del gallego" a quien osara manifestar tal cosa.

El partido de Touriño proclama estos días que el español es una lengua de Galicia. Sus voceros lo dicen como si tal cosa. Como si hubieran gobernado los pasados años en concordancia con esa realidad que ahora supuestamente reconocen. El propio presidente de la Xunta llegaba a afirmar que el castellano es "tan nuestro" como el gallego, pirateando el concepto del manifiesto "Tan gallego como el gallego", que daría lugar a la primera movilización social contra la erradicación del español a la que aboca la política aplicada por él y sus socios del Bloque. Es más, el vicesecretario general de su partido declaraba que Galicia dispone de "dos lenguas propias". Hasta hace un cuarto de hora, él mismo hubiera motejado de "enemigo del gallego" a quien osara manifestar tal cosa.

La proximidad de las elecciones obra milagros como esta súbita "conversión" de los jefes del socialismo galaico. Consciente del rechazo que ha despertado la expulsión del idioma español de las aulas a golpe de decreto, el Partido Socialista remodela su discurso sobre el idioma, a ver si las palabras pueden más que los hechos. Confía en la credulidad de sus votantes y aún de otros, que albergan la ilusión de que los abusos del bigobierno responden sólo a la presencia del nacionalismo. Confía, pero no del todo. De ahí que pida Touriño que "el gallego" se deje al margen del debate electoral y ya acuse a quien no se pliegue de "oportunismo". Oportunismo es fingirse defensores del bilingüismo a tres semanas de unos comicios. Y manipulación, presentar como objeto de discusión el gallego cuando lo que se discute es la política lingüística de Touriño.

La maniobra de camuflaje y redecoración emprendida por los dirigentes socialistas tiene, además de las urnas, otro motivo. El domingo se celebra en Compostela una manifestación por la libertad de elección de lengua, convocada por Galicia Bilingüe. Desacreditarla es el principal y patético empeño de los socios de Gobierno. Como lo ha sido atacar a esa asociación desde que comenzó a recoger la inquietud causada por la imposición lingüística en la enseñanza. Cuentan para ello con colaboradores que no siempre trabajan gratis et amore. La "normalización" es un buen negocio para algunos. Otros la aplauden por conformismo.

La prensa colabora, cómo no. El diarioEl Paístitula que la manifestación "exige separar a los niños por idioma", en consonancia con el número dos del partido de Touriño, que acusa a Feijóo, por apoyarla, de favorecer el "apartheid lingüístico".El Progreso, diario de Lugo, escribe que la Asociación de Víctimas del Terrorismo, por el mismo "delito" de respaldar la manifa, "compara la defensa del gallego con el apoyo a la banda terrorista ETA". Y llega a poner negro sobre blanco que la AVT y otros grupos "llegan a Galicia con las armas cargadas contra el gallego". ¡Llegan! ¡Con armas! ¡Contra el gallego! Infames destilados de ese tipo aparecen día si, día no, en la prensa. Tal colección de tergiversaciones, falsedades e insultos constituye, en realidad, una prueba. La prueba de su falta de razón.

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