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Cristina Losada

Resignación rima con subvención

En nombre del igualitarismo, la pedagogía progre ha reducido a cero las oportunidades de quienes carecen de medios para estudiar en colegios privados.

Las Juventudes Socialistas, siempre a la vanguardia en vídeos de propaganda, se han acordado ahora de los jóvenes. Tarde les preocupa el desempleo juvenil, pero la juventud es divino tesoro electoral y más en tiempos de necesidad como los que corren. El paro entre los jóvenes está relacionado con las carencias formativas, vinculadas, a su vez, a la demolición de la enseñanza pública. Ese descalabro se ha conseguido, con singular eficacia, en las dos décadas transcurridas desde la entrada en vigor de la LOGSE. Pero que nadie se alboroce. La organización junior del partido en el Gobierno de ningún modo se propone atacar el problema de raíz y Zapatero, tampoco. Al contrario. Se dispone a adoptar las medidas oportunas para agravarlo. Por imposible que parezca, todavía se puede empeorar.

En el último comité federal, el dirigente de las JJSS, Sergio Gutiérrez, explicó la situación en estos términos: "Hay una generación con ansia de oportunidades, que no está movilizada contra el Gobierno, como en Francia, sino resignada". El deseo de tener oportunidades es natural en las personas de cualquier generación, pero desde la política se puede hacer mucho por cercenar ese impulso. Así ha ocurrido bajo los principios de hechura socialista que han dado forma a la enseñanza. Cuando la escuela deja de considerarse un centro de transmisión de conocimientos, cuando no se estimula el esfuerzo, la autoridad del profesor se menoscaba y la disciplina se rechaza como rémora autoritaria, el resultado es esa masa de fracasados escolares que engrosa las filas del paro. En nombre del igualitarismo, la pedagogía progre ha reducido a cero las oportunidades de quienes carecen de medios para estudiar en colegios privados.

Puestos ante ese efecto devastador de su política, los socialistas no ven otra solución que la subvención. De ahí –y de las urgencias electorales– que Zapatero haya anunciado una "nueva agenda social" dirigida a los jóvenes. Se trate de un sueldo para los ni-nis, como el prometido por Montilla, o de otro regalito, sólo conseguirá persuadir a los menos emprendedores de que se puede vivir de la sopa boba... siempre y cuando gobiernen gentes tan generosas con el dinero ajeno. Así, se incentiva la resignación y se desincentiva el esfuerzo por cualificarse. Claro que si Gutiérrez quiere una juventud movilizada en la calle, ¿a qué espera para convocarla? En Francia se moviliza, incluso, contra sus propios intereses.

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