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Cristina Losada

¿Tribunales feministas para asuntos femeninos?

El autodenominado feminismo está en vilo en España por lo que pueda decidir sobre el aborto el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

El autodenominado feminismo está en vilo en España por lo que pueda decidir sobre el aborto el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
La exvicepresidenta Carmen Calvo. | Gustavo Valiente / Europa Press

El autodenominado feminismo está en vilo en España por lo que pueda decidir sobre el aborto el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. La gran preocupación por una decisión judicial en otro país que no afecta al nuestro puede resultar extraña, pero tiene su porqué. Ese feminismo español no es tanto español como norteamericano. Lo es en la medida en que de allí extrae las cuatro o cinco ideas que tiene y el modo de expresarlas. Razón por la cual, dicho sea de paso, cada vez es más incomprensible la jerga de las autodenominadas.

La inquietud provocada por un borrador del Supremo (norteamericano) que se ha filtrado la resumía una de aquellas, la exvicepresidenta Carmen Calvo, en su cuenta de Twitter con estas palabras: "Una mayoría de hombres, 6 de 9, y que no pueden abortar porque no tienen útero, decidirán sobre cómo no podrán abortar las mujeres en EEUU. De esto es de lo que habla el feminismo". Es importante que Calvo diga que los seis jueces que son hombres no tienen útero, ahora que WhatsApp ha incluido, entre sus emojis, a un hombre embarazado. Por si acaso, quizá con la Ley Trans en mente, lo ha querido subrayar: no lo tienen. Quede claro.

El resto está más oscuro. A fin de cuentas, la cuestión que nos plantea Calvo es si hombres sin útero pueden tomar decisiones judiciales (y políticas, habrá que añadir) sobre mujeres con útero. En síntesis: ¿pueden decidir sobre asuntos uterinos quienes carecen del órgano? Esto lleva a múltiples niveles problemáticos, pero el más básico procede de la premisa implícita de que las sentencias que afecten únicamente a mujeres (con útero) sólo son buenas y justas si las dictan mujeres (con útero). ¿Qué proponemos entonces, señora Calvo? ¿Tribunales femeninos para asuntos femeninos? ¿Tribunales feministas para todo, que es lo que querrían nuestras autodenominadas?

Hay que decir que es llamativa, y probablemente falsa, la fe que destilan las feministas en que todas las mujeres piensan lo mismo sobre los asuntos que conciernen a las mujeres. En el Supremo de EEUU, en esa sentencia sobre la que delibera, hay una juez, Amy Coney Barrett, que al ser conservadora puede votar "en contra de las mujeres", como dirán las autodenominadas. La línea divisoria no la marca el tener o tener útero. La marcan las ideas, principios y creencias y el hecho de que son jueces, ante todo. Ante todo y ante todos, salvo nuestras feministas, para las que sólo existe el género.

Argucias demagógicas como la de la exvice ciertamente tienen tirón, por su simpleza y resentimiento. El feminismo ha conseguido convencer a mucha gente de la idea absurda y ahistórica de que la política, la civilización, la cultura, el mundo todo, lo han hecho los que no tienen útero sin contar con las mujeres para nada. Pero las argucias no aportan nada veraz sobre el núcleo del conflicto que hay en Estados Unidos, donde la utilización de los tribunales para imponer nuevas normas sociales ha conducido a la excepcionalidad de que el Supremo sea el árbitro de grandes dilemas morales, como el del aborto. Una anomalía muy conveniente para muchos representantes políticos, y que plantea eliminar ese borrador que tanto escándalo ha causado.

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