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Cristina Losada

¿Y si declaran inconstitucional la crisis?

Gracias al alto tribunal portugués los empleados públicos recibirán su paga de verano, pero corren el riesgo de quedarse sin trabajo.

Gracias al alto tribunal portugués los empleados públicos recibirán su paga de verano, pero corren el riesgo de quedarse sin trabajo.

Bravo por el Tribunal Constitucional portugués. Eso se exclamó allí y aquí cuando declaró inconstitucional la retirada de la paga extra de funcionarios y pensionistas. Menos mal que nos queda Portugal, faltó por gritar en el rapto de júbilo, que fue un rapto también en otro sentido. Para festejar la decisión hay que dejar secuestrado el pensamiento. Gracias al alto tribunal portugués los empleados públicos recibirán su paga de verano, pero corren el riesgo de quedarse sin trabajo.

Desde que solicitó el rescate, Portugal tiene poca elección. Se le ha prestado dinero bajo condiciones. A fin de compensar el gasto de la extra, Passos Coelho tendrá que hacer otros ajustes. Aplicará la tijera en sanidad, educación, prestaciones y servicios, y de hacer caso al FMI, que es uno de los que participan en el rescate, reducirá el empleo público. Aquello que los magistrados obligan a dar por un lado, hay que quitarlo por otro. Qué gran negocio.

La cuestión ha sido la igualdad. Un concepto de igualdad que desborda el cauce. Si el Gobierno retirara la extra también a los empleados del sector privado, el TC no objetaría. Si volviera a subir los impuestos, no apreciaría discriminación. He ahí dos bonitas alternativas. La primera no es factible; la segunda, sí. De aplicarse, los funcionarios perderían poder adquisitivo, pero bien acompañados. Tal vez sea un consuelo, el mal de muchos. Cosa distinta es que sea la política económica adecuada.

En Estados Unidos, los tribunales llegaron a erigirse en los principales agentes de decisión política. En Europa tenemos ya un tribunal convertido en primer actor de la política económica. Por mucho que yerren la Comisión Europea, el Eurogrupo y la troika, siempre errarán menos que un tribunal cuya especialidad no es la economía. El Constitucional alemán fue más prudente cuando tuvo en sus manos el destino del fondo europeo para los rescates. Imagínese que en Karlsruhe hubieran echado abajo la aportación alemana. En lugar de esa gamberrada, entendió que "en la actual situación de incertidumbre nadie puede decir qué medidas son las mejores para Alemania y para Europa".

El TC portugués cree que lo puede decir, y aquí se presiona a nuestro TC para que lo crea. Sólo falta una guerra de tribunales en Europa, a golpe de varita, como en Harry Potter. Los del Sur fulminan las medidas de ajuste y los del Norte los rescates, y así acabamos con esta triste historia y con el euro. Ya puestos, por qué arredrarse. Que declaren inconstitucional la maldita crisis.

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