A pocos días del clásico, la última jornada de Liga no nos ha sacado de dudas. Es más, nos las ha acrecentado. El Barça ha ganado los seis puntos que se ponían en liza estos días –jugó, y goleó, ante el Rayo porque no puede hacerlo el día 18 por su participación en el Mundial de Clubes– y el Madrid ganó en Gijón, que no es cuestión baladí tal y como está la cosa.
Por supuesto ganaron los dos fieles a sus estilos. El del Madrid está engrasado ya y tiene visos de ser casi perfecto. Lleva diez victorias seguidas en Liga y llega muy bien al clásico, por primera vez en mucho tiempo tres puntos por encima de su rival, que pueden ser seis si los blancos ganan y nueve si lo hacen el día 17 en Sevilla, jornada en la que el Barcelona no jugará. Una pasada. Para que eso no pase, Guardiola ha de inventar algo para el Bernabéu. Le toca mover ficha al catalán tras haberlo hecho siempre Mourinho en los últimos clásicos. El Barça es el que más se juega. Incluso un empate beneficiaría al Madrid.
La victoria del equipo blanco en Asturias vino seguida de una exhibición del Barça contra el Levante. Fuera, está perdiendo el tren por momentos el equipo azulgrana, pero en casa todo lo tiene bien atado. Ha anotado 39 goles, tres veces ha ganado por 5-0, otras dos 4-0 y una por 8-0. No ha recibido goles en el santuario culé. Es también una pasada, quizá en menor medida porque no es regular, pero impacta.
Y con esas llegamos al partido del sábado, donde si los blancos ganan media Liga quizá esté decidida. Es muy pronto pero uno se pone a pensar donde pueden ceder puntos los blancos y no encuentra muchos sitios. Pamplona, Bilbao, Sevilla, pero... el Madrid ganó en Valencia y ha aplastado al Villarreal y al Atlético. ¿Por qué se va a dejar puntos en esos campos?
Me quedo con varias cosas más de la jornada. Me reafirmo en que el Atlético a poco que apriete fuera de casa estará arriba porque tiene plantilla. Quizá no tenga tanto fútbol, pero sí a hombres matadores. Dieciocho puntos en el Calderón y sólo uno fuera. Algo falla y es lo que hace que los de Manzano sean séptimos y no puedan estar más arriba.
Me quedo también con el Valencia, que aguanta el tirón de los grandes. Le costó ganar al Espanyol, pero lo hizo. y está a cuatro puntos del Barça, aunque puede ser uno. Me quedo con el Granada, que ha ganado dos partidos seguidos y puede ganar el que aplazó ante el Mallorca. Se pondría noveno si lo vence cuando hace tres semanas estaba hundido.
Y me tengo que fijar en el Betis de Pepe Mel, que juega muy bien al fútbol pero lleva un punto de los últimos 30. Un escándalo negativo que no empaña los buenos momentos de fútbol. No valdrá de nada, pero el domingo el equipo jugó en Pamplona para golear y resulta que, en el descuento, le ganan. Cosas del fútbol.