Hay cierto sabor a Liga perdida tras el empate del sábado del Madrid en Riazor. Es una igualada, es cierto, complicada porque es ante un equipo que no estaba para muchas florituras, pero no es menos cierto que el Madrid mereció ganar de largo el encuentro. Hubo muchas ocasiones y el equipo de Mourinho tuvo que llevarse la victoria.
También es verdad que el Madrid tiró la primera parte. Sin intensidad y con un Kaká en una forma física ínfima. No hay duda de la calidad del brasileño, pero sí la hay de que hoy en día no está para jugar en este equipo. Cada vez que había posibilidad de contraataque, Kaká lo frenaba por su exasperante lentitud.
Y dirán los madridistas que en la segunda parte hubo dos palos, dos paradas de Aranzubía soberbias y un control del juego total. Pero es verdad que no valió y que el equipo está de nuevo a siete puntos del Barça. Es demasiado pero sigo viendo Liga. Cuidado que las salidas del equipo culé -el miércoles a Valencia, el día 13 a Sevilla y el 3 de abril a Villarreal- van a ser decisivas. Y, por supuesto, el encuentro del día 16 en el Bernabéu ante el Madrid. Tengo que comentar que todo lo que he hablado del Madrid no se dio en el Barça. Es decir, el equipo de Guardiola salió a por la victoria y tenía bajas. No se notó nada.
A eso se tienen que ceñir los madridistas. Pero sin olvidar que estas salidas las tiene también el cuadro blanco, sumando San Mamés el 10 de abril. O sea que la Liga echa humo, todavía, a pesar de este empate en A Coruña.
PD: Está un poco pesado Mourinho con lo de los horarios de televisión. No le acabo de entender, de verdad. Yo creo que es mejor salir al campo sabiendo lo que ha hecho el Barça. ¿De qué se queja entonces? ¿De jugar en sábado tras Champions? Pero si ha habido cinco días de descanso. De verdad, no le cojo el aire