Con la Liga estancada en ocho puntos entre el Barcelona y el Real Madrid y con el respeto debido al mérito extraordinario de la victoria blanca en Bilbao con un equipo menos habitual, me paro hoy en un equipo que año tras año, por lo menos en los últimos, viene haciendo unas temporadas realmente impresionantes.
Y es que el Valencia de Emery goleó al Villarreal y ha marcado nueve goles en dos partidos, convirtiéndose en el tercer clasificado a no ser de batacazo. Esa posición la amarró el equipo levantino con una demostración de juego al contragolpe que desarboló a un Villarreal que poco a poco se desinfla. La Champions no parece peligrar -y espérate porque se han visto en el fútbol cosas peores- pero el equipo amarillo se va a centrar en levantar un trofeo, el de la Europa League, que sería un auténtico lujo para los modestos villarrealenses.
Y hay que reconocer la importancia de un técnico, Unai Emery, con sus pros y sus contras pero que ha clasificado al Valencia quinto, tercero y este año tercero, de nuevo, en sus tres temporadas en el banquillo ché. Tengo que reconocer que yo le veo más contras que pros en un equipo grande, pero hay que situarse a los pies del vasco por su tremenda labor en el cuadro valencianista.
Y le critican, le agreden verbalmente cada domingo en Mestalla pero él responde con resultados, con esos resultados que muchos equipos quisieran para sí. El Valencia cada verano tiene unas expectativas y, más o menos, las cumple siempre.
Y se acaba la emoción arriba en Primera reconociendo que será difícil que se le escape la Liga al Barça, y que será muy difícil que el Valencia baje de esa tercera posición. Ahora todo se centra en la Europa League y en la posible relajación del Villareal en la cuarta plaza. Y el descenso, que eso es otro cantar que prometemos tratar en futuras columnas. Porque hay que escribir un montón y todo apasionante