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Daniel Blanco

Zaragoza-Arsenal 1995: La noche mágica de un equipo de ensueño

La Recopa de París consagró a un grupo de jugadores que toda España recitaba de memoria.

La Recopa de París consagró a un grupo de jugadores que toda España recitaba de memoria.
El Real Zaragoza ganó la Recopa en 1995 | Instagram

Debió pensar Nayim que no era ninguna locura lanzar a puerta desde tan lejos, desde el medio del campo. Debió pensar el ceutí que los penalties no son justos para dirimir una final, para otorgar el título a cualquiera de los dos contendientes. Total, debió pensar el centrocampista del Zaragoza aquella noche que había que intentarlo, que David Seaman estaba un poco adelantado y que podía sonar la flauta. Y sonó, además lo hizo con un soniquete mágico que convirtió al equipo maño en campeón de la Recopa. Ese disparo en el minuto 119 de partido, fue bajando de manera tan envenenada que se coló en la portería inglesa. El éxtasis. Un 10 de mayo de 1995 para el recuerdo.

En el 25 aniversario de tan magna hazaña recuerdo ese partido como si fuera ayer, no ha pasado el tiempo. Los jugadores se juntaron hace poco para hablar de la noche en la que todo estaba de dulce. Una Recopa muy intensa, ganada a golpe de furia y dejando en el camino a equipos potentes. El Feyenord y el Chelsea fueron los últimos escollos antes de París y el Arsenal un rival impresionante en la final. Ni más ni menos que el actual campeón del trofeo que defendía el título conseguido en Copenhague un año antes, al derrotar al Parma.

De la noche parisina, histórica para un grupo de jugadores extraordinarios, recuerdo el once de Víctor Fernández, recitado de memoria por todos los aficionados al fútbol. Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana; Nayim, Aragón, Poyet, Higuera; Esnaider, Pardeza. Una delicia. En el banquillo el técnico que ha vivido por y para el equipo durante toda su carrera. Desde entonces se ha marchado dos veces y ha vuelto otras tantas para dirigir, en estos momentos, como si el tiempo no hubiera pasado, el ansiado retorno a Primera división.

El partido en un Parque de los Príncipes a rebosar fue espeso, casi sin ocasiones y en la segunda parte se desató todo. Tras un primer tiempo en el que los equipos notaban el peso de una final, se despojaron un poco de sus miedos en la reanudación. Esnaider enganchó una volea inolvidable que se coló por la escuadra de Seaman, pero el Arsenal empató por mediación de Hartson. La prórroga estaba servida como acto final a un partido memorable.

Los nervios pudieron con todos durante treinta minutos eternos hasta la ocurrencia de Nayim de probar al portero rival desde el centro del campo. Esas cosas que pasan por tu cabeza una vez en la vida. No sucede nada por intentarlo. Todo por esquivar los penalties. La tanda fatídica le había dado al Zaragoza el título de Copa un año antes pero se sufre demasiado. "Nunca he podido soportar una tanda, es de las cosas más tremendas que hay en el fútbol. Imagínate si te estás jugando un título", dijo Víctor años más tarde.

La Recopa de París sirvió para que una generación de futbolistas saboreara un éxito inigualable. Fueron dos años que situaron, de nuevo, al Zaragoza en el mapa. Un equipo a tener en cuenta siempre en nuestro fútbol, con seis Copas de España y esta Recopa. Esta competición le ha servido al equipo maño para, a pesar de que en su momento fueron decepciones, rozar dos años la ansiada final que consiguió, por fin, en París. En 1965 ante el West Ham cedió en un fatídico partido de vuelta y en 1987 perdió ante el Ajax que ya dirigía Johan Cruyff, con Van Basten en la delantera rival.

El 10 de mayo de 1995 toda España fue del Zaragoza. Mientras caía del cielo aquel balón de Nayim se agolpaban ante la televisión casi 12 millones de espectadores. Fue el gol de Nayim, pero fue el gol de toda la nación. Por un equipo que hizo vibrar a espectadores mayores y pequeños.

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