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Daniel Pipes

George Soros y el FBI

El agente especial a cargo de la oficina de campo en Washington del FBI ha participado en una nueva iniciativa llamada Guía de Prácticas Prometedoras: Desarrollando Asociaciones entre las Fuerzas del Orden y las Comunidades Musulmana, Árabe y Sikh Norteamericanas. Esto es un progreso preocupante porque la adopción de esa guía podría impedir significativamente la guerra contra el terror.
 
La guía, financiada por las fundaciones Soros y Whiting y creada en la Northeastern University, describe como su meta dar forma a "un currículum básico de actividades del futuro cumplimiento de la ley y de entrenamiento de comunidades". A primera vista, esto suena prometedor, pues ofrece modos de aprovechar las "habilidades lingüísticas, la información, y percepciones culturales" únicas de árabes, musulmanes y Sikh, para desarrollar nuevas iniciativas de contraterrorismo.
 
Pero los autores de la guía, Deborah A. Ramírez, Sasha Cohen O'Connell y Rabia Zafar, alertan rápidamente al lector de su verdadero orden del día. "Las amenazas más peligrosas de esta guerra" escriben, "se basan en la propagación con éxito de la cólera y el miedo, dirigidos hacia culturas y pueblos que no son familiares". La amenaza más peligrosa, dicen, no es la violencia muy real del terror islamista sino la presunta parcialidad de las autoridades norteamericanas contra algunas minorías de la población. Puede que la guía se presente como una ayuda al contraterrorismo, pero su propósito real es desviar la atención de la seguridad nacional a la prerrogativa de seleccionar comunidades.
 
Con este espíritu, e ignorando el hecho de que los que declaran la guerra a América actúan explícitamente en nombre del Islam, la Guía de Prácticas Prometedoras renuncia a cualquier enfoque del cumplimiento de la ley que se centre en "religión u origen nacional". Las asociaciones islámicas de caridad, una fuente conocida de financiación del terrorismo, no deben ser objeto de escrutinio especial para que "esto no cree una impresión de seguimiento injusto, basado en la religión y / u origen nacional". Aparentemente los sospechosos de planear complots terroristas tampoco deberían ser detenidos por crímenes menores tales como inmigración ilegal o relativos a armas de fuego, dado que a la comunidad, "esto puede parecerle investigaciones 'pretexto'". Utilizando la lógica de la guía, nadie debe ser señalado, tampoco los presuntos terroristas, ni siquiera para ser interrogados.
 
La guía concede a las preocupaciones árabes y musulmanas una prioridad superior que a las prácticas usuales del cumplimiento de la ley. Por ejemplo, se dice que la rotación rutinaria del personal de las fuerzas del orden obstruye un sentido de pertenencia; Salam Al-Marayati, del Consejo Musulmán de Temas Públicos, se quejó de que "Una vez que conoces a alguien [dentro de las fuerzas de la ley], se muda". Los autores de la guía aceptan que las rotaciones constantes reducen la posibilidad de corrupción, pero no obstante defienden que estas comunidades estén exentas y que les sea permitido desarrollar relaciones acogedoras con las fuerzas del orden.
 
Los autores relatan con simpatía que algunas organizaciones comunitarias (incluyendo una rama del Comité Anti-Discriminación Árabe - Americano) rehusaron cooperar con ellos debido al escepticismo ante discusiones a nivel operativo con las fuerzas de orden público. Fueron persuadidos en su lugar de que la raíz del problema descansa en otro lado - en "la legislación injusta de las más altas esferas del gobierno y la aceptación del público norteamericano del fichado racial". Para tratar este tipo de preocupaciones, la guía recomienda que los esfuerzos de la policía se alejen del enfoque tradicional de hacer arrestos y se encaminen hacia el desarrollo de sociedades con la comunidad que consistan en explicar la ley de inmigración y la política de seguridad de los aeropuertos.
 
En lugar de concentrarse en conducir la protección del país del terrorismo, la flor y la nata de las fuerzas de la ley debería ser contratada para trabajar en iniciativas rotundas de la comunidad. Esta consideración especial se deriva de muchas razones, incluyendo una presunta opinión de árabes y musulmanes acerca del cumplimiento de la ley como "extensión de las políticas norteamericanas o acciones que les conciernen, como la actual guerra en Irak o la política exterior norteamericana en Israel".
 
Y el programa de entrenamiento C.A.T. Eyes - adoptado por las fuerzas de orden público para "asistir a las comunidades en el fichado racial y la lucha contra el terrorismo nacional " - fue (¡horror!) desarrollado en parte por un funcionario policial israelí. Puede que C.A.T. Eyes enfatice que "educa a la gente acerca de los indicadores de terrorismo, no de raza o de religión", pero para los autores de la guía, "la reacción negativa general de los miembros de comunidades musulmanas y árabes" hacia cualquier entrenamiento basado en "opiniones, inteligencia, o nociones de política israelíes" puede ser razón suficiente para echar a pique el programa.
 
La guía se inclina a promover problemas que no existen para establecer la injusticia de la aplicación de la ley. Cita, por ejemplo, dos casos del 2002. En Florida, un autor material presuntamente judío de un intento de atentado contra mezquitas y centros islámicos fue acusado de posesión de armas y "conspirar para violar los derechos civiles musulmanes"; mientras, en Los Ángeles, árabes y musulmanes supuestamente "tienen la impresión" de que un asesino musulmán de dos individuos en el mostrador de El Al fue acusado de terrorismo. Falso: el criminal de El Al fue abatido en la escena - así que nunca se presentaron cargos de ningún crimen; y lo que es más, las fuerzas del orden afirmaron que "no hay nada que indique terrorismo" en el caso del aeropuerto de Los Ángeles, y propusieron que una discusión de trabajo podría haber sido la causa de la violencia. Así que la guía arroja un error de percepción irracional, después pone la responsabilidad de corregir tales percepciones erróneas en el cumplimiento de la ley.
 
En lugar de embarcarse en una iniciativa genuina de contraterrorismo, esta guía financiada por George Soros promete ayudar a que los terroristas en Estados Unidos eviten el arresto. La oficina de campo de Washington del FBI debe reconsiderar su cooperación con la Guía de Prácticas Prometedoras y otras agencias del orden público deben evitarla.
 
*Este artículo ha sido escrito en colaboración conSharon Chadha  

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