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Daniel Pipes

Siguiendo al gato con Chalabi

El gobierno Iraní tuvo conocimiento recientemente de que la inteligencia Americana había descifrado sus códigos y podía leer sus transmisiones. Esto supone un golpe a los intereses Americanos, porque significa perder la capacidad de acceder a las comunicaciones confidenciales del enemigo, con todas las ventajas que ello supone.
 
¿A quién debe culparse de este suceso?.
 
Ahmad Chalabi - el político Iraquí a quien he conocido, con quien he trabajado, a quien he apoyado y admirado desde 1991 - ha sido durante el último mes la cabeza de turco, acusado por funcionarios de inteligencia sin identificar de informar al régimen Iraní de que sus códigos habían sido craqueados.
 
Chalabi niega la acusación, diciendo que él y su organización, el Congreso Nacional Iraquí, no han recibido "información clasificada alguna" del gobierno Norteamericano. Para lo que pueda servir, los Iraníes también niegan que Chalabi les informara acerca del descifrado Americano del código.
 
Pensando esto con lógica, concluyo que Chalabi no es responsable del daño a los intereses Americanos; más bien, la culpa recae en sus opositores en la Agencia Central de Inteligencia y el Departamento de Estado. He aquí mi argumentación lógica, una especie de "caminar tras el gato" (hablando figuradamente, definido por William Safire como aplicar "lo que se sabe ahora acerca de acciones o acontecimientos anteriores en el tiempo").
 
Para empezar, hago tres presunciones: Primera, que la reacción en Washington, que incluye el posible procesamiento criminal, anuncia sinceridad y confirma que los criptógrafos Americanos sí descifraron de hecho los códigos Iraníes. En segundo lugar, que Teherán interpreta la reacción Americana como prueba de que sus códigos fueron craqueados. Tercera, que está tomando las medidas necesarias para recuperar el secreto.
 
Una posibilidad es que Chalabi no dijera a los Iraníes nada. En cuyo caso, la alegación de que lo hizo se originó en cualquier otra parte:
 
  • Quizá el Departamento de Estado o la CIA se lo inventaron. (Plausible: La revista Time ha documentado cómo, desde Abril, la Casa Blanca ha estado intentando marginar a Chalabi). 
  • Los Iraníes levantaron la liebre para comprobar si sus códigos habían sido rotos. (Plausible: Explicaría por qué utilizaron el mismo código para informar del descifrado del código).
 
O Chalabi sí les dijo que Washington había descifrado el código. En cuyo caso:
 
  • Quizá se lo inventó y acabó teniendo razón. (Plausible: Chalabi tomó según se informa medidas en 1995 para engañar a los Iraníes). 
  • Pensó que proporcionaba información falsa pero de hecho estaba diciendo la verdad. (Inverosímil: Demasiado alambicado). 
  • Divulgó con conocimiento información clasificada. (Inverosímil: ¿Por qué deberían entregar los Americanos a Chalabi, un sujeto Británico conocido por estar en estrecho contacto con el régimen Iraní, una joya de la corona de los secretos de estado Americanos?).
 
Cualquiera que fuera la situación que tuvo lugar, la implicación es idéntica: el barahúnda en D.C., no lo que Chalabi dijo o no dijo, señaló a Teherán que los Americanos rompieron su código.
 
Eso es porque nadie puede cerciorarse de que el código fuera craqueado, pero ¿por qué debería creérsele a él?. Los Iraníes seguramente no aceptarían la afirmación de Chalabi por su cuenta y se meterían en el problema y el gasto enormes de cambiar códigos porque él lo dijera. Buscarían la confirmación de la inteligencia Americana; y esto es lo que las fuentes sin identificar que filtraron esta noticia hicieron - proporcionaron esa prueba. Su furia hacia Chalabi alertó a los Iraníes de que cambiaran los códigos.
 
En resumen, lo que Chalabi hizo o no hizo es casi irrelevante; sus detractores en el gobierno Americano, irónicamente, tienen el mérito de haber informado al enemigo Iraní de una parte vital de la inteligencia.
 
Puede que los Americanos tengan que pagar un alto precio por la grave irresponsabilidad de aquéllos en el Departamento y en Inteligencia que confirmaron públicamente el descifrado del código como parte de sus guerras de camarilla con el Departamento de Defensa y, más ampliamente, con su guerra contra los llamados neoconservadores.
 
Acerca de este último punto, nótese cuán alegremente elementos de la prensa Americana explotaron las alegaciones contra Chalabi. Por tomar un ejemplo de los muchos, Los Ángeles Times el día 10 de Junio publicó "Un Momento Duro para los `Neocons'" que asevera que los neoconservadores están "bajo sitio" en parte por, "una amenaza grave a su reputación, el líder Iraquí en el exilio Ahmad Chalabi  - está involucrado en una investigación del FBI sobre presuntos fallos de inteligencia que proporcionaron secretos a Irán".
 
De haber hecho la prensa su trabajo apropiadamente, dejaría de jugar al juego favorito de Washington e investigaría el posible daño que los opositores de Chalabi han hecho. De haber hecho su trabajo las direcciones del Departamento de Estado y de la CIA, estarían castigando a los elementos que llevaron un secreto vital al gobierno Islámico militante en Irán.

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