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EE.UU. es la patria de la blogosfera. Mientras que en España el fenómeno de las bitácoras apenas empieza a ser conocido, en Norteamérica forma parte del alimento informativo de muchas personas e, incluso, de algunos periodistas. Su influencia se ha hecho sentir en diversas ocasiones, logrando que noticias olvidadas por los grandes medios terminaran en primera plana. El senador Trent Lott, en particular, les debe su renuncia como líder de la mayoría republicana en el Senado.
 
El siguiente paso era el uso por parte de los políticos. Los candidatos de las primarias demócratas, especialmente Howard Dean, han sido los pioneros en utilizar Internet y, en particular, las bitácoras, como medio de llegar a sus electores. En España ya se usaron en las elecciones catalanas, aunque los candidatos a los generales parece que no se enteraron. Ya sólo parecía quedar que las empresas las utilizaran como herramienta de marketing.
 
Macromedia, la empresa creadora de Flash, ha sido pionera en este terreno, seguida por otras empresas relacionadas con la informática como Microsoft e IBM. Estas empresas esperan tener una relación más directa y sincera con la parte más activa de sus clientes, mejorar su imagen y ofrecer información de forma directa y coloquial, sin intermediarios. Por eso son normalmente empleados los que realizan estas bitácoras, con la sola petición de la empresa de que no les dediquen demasiado tiempo ni se salgan de la temática y se pongan a hablar del último partido de béisbol. Las empresas pequeñas también lo han adoptado, considerando que una de sus mejores ventajas sobre las grandes es una comunicación más personal.
 
Reconozco tener cierta curiosidad sobre el futuro de esta forma de comunicación. En Macromedia están satisfechos porque parece que a su clientela le gusta. ¿Pero mejorará sus ventas a largo plazo? Lo único cierto es que es una forma bastante más agradable de obtener noticias empresariales que las somnolientas notas de prensa habituales.
 
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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