Menú
Daniel Rodríguez Herrera

El verdadero bloqueo de Cuba

El de Guillermo Fariñas fue un sacrificio no sólo por el pueblo cubano, sino por todos los internautas del planeta, cuya vida es más pobre por el hecho de no poder contar con la voz de los cubanos en esa conversación global que es la red de redes.

Parece ser que debemos sentirnos agradecidos por el hecho de que Raúl Castro, en su magnanimidad, ahora "permita" a los cubanos comprar ordenadores y otros dispositivos electrónicos. Dejemos de lado, por el momento, el hecho de que gracias a la destrucción del libre mercado, la propiedad privada y, con ellos, la prosperidad, para un cubano medio adquirir un ordenador supone un esfuerzo similar a comprarse una casa en España en el cenit de la burbuja. Obviemos el hecho de que, pese a todo, algunos cubanos ya tenían ordenador, obtenido al margen del régimen. ¿Qué podrán hacer con él cuando lo tengan? Desde luego, conectarse a internet, no. Al menos, no a la red universal a la que todos nosotros accedemos. Si quieren cumplir la ley, claro.

Los cubanos, en principio, no pueden acceder a internet, sino a una intranet controlada por el Gobierno en la que pueden enviarse correos electrónicos, leer el Granma y poco más. Sin embargo, el férreo control sobre la información ejercido por la dictadura se va resquebrajando poco a poco. La gente se intercambia información por medio de pendrives. Además, existen conexiones ilegales a la internet de verdad vía satélite. Los pocos que tienen permiso del Gobierno para acceder a la red, aun con cierta censura, a menudo venden su usuario y contraseña para que otros los usen fuera de su horario laboral. Noticias, música y películas circulan por un mercado negro de la información.

Evidentemente, estos accesos no pueden compararse con una conexión a internet como la que disfrutamos usted y yo. Yoani Sánchez, recientemente galardonada con el premio Ortega y Gasset por su blog Generación Y, escribe en su casa, copia sus textos a una memoria USB y los sube al blog en los pocos minutos en que puede conectarse cada día. Su blog, en el que critica constantemente al régimen empleando ejemplos cotidianos, es el más leído de Cuba, pese a que oficialmente ya no se pueda acceder a él por medio de las conexiones "oficiales", que evidentemente pueden sortearse con algunos conocimientos técnicos. Eso, y la distribución vía pendrives, claro.

En esta lucha desigual entre un Estado omnipotente y censor y todo un movimiento digital que lucha por la libertad de información existe un héroe, Guillermo Fariñas, que estuvo cuatro meses de huelga de hambre para reclamar al Gobierno cubano, sin éxito, la libertad de acceder a internet. El suyo fue un sacrificio no sólo por el pueblo cubano, sino por todos los internautas del planeta, cuya vida es más pobre por el hecho de no poder contar con la voz de los cubanos en esa conversación global que es la red de redes. Este jueves 17, a las 15:30, ustedes y yo podremos charlar con él. Evidentemente, no estará en su casa, ni en ningún otro lugar donde los tiranos pudieran impedirle hablar con nosotros. Eso sí, la culpa de que tenga que esconderse, ya lo saben, es del "bloqueo".

En Tecnociencia

    0
    comentarios