Una reciente encuesta del Oxford Institute Survey, una institución de la Universidad de Oxford dedicada al estudio del impacto de Internet en la sociedad, muestra que la variable que más determina si una persona usa o no la red es la edad. No el nivel cultural o de renta, sino la edad. Si este estudio se confirma en otros países, habrá que dejar de pensar en la "brecha digital" en el sentido en que se ha entendido hasta ahora. En España, el 71'8% de los usuarios de Internet son menores de 34 años, según la última encuesta realizada por la AIMC.
La razón sea, seguramente, cultural. Parece evidente que el carecer de medios incluso para poder pagar unos minutos en un cibercafé es una barrera importante. Pero más lo es el no tener siquiera el deseo de hacerlo. Internet es un medio que tiene, entre sus principales atractivos, el permitir a sus usuarios hacer de todo. Parece normal que aquellos que llevan más tiempo acudiendo a sus bancos lo sigan haciendo y quienes no lo han hecho nunca tengan más propensión a usar este nuevo medio para realizar sus operaciones. Pero creo que es el necesario uso de un ordenador para acceder lo que marca estos resultados. Los niños, en lugar de llevar un pan bajo el brazo, llevan hoy en día un ordenador. O, para ser más exactos, la habilidad en su uso, acostumbrados como estamos a manejar éstos y otros cacharros electrónicos desde edades muy tempranas.
La informática no es, al menos de momento, una disciplina fácil ni siquiera para los usuarios normales. Y aunque Internet esté entre las tecnologías más sencillas de manejar, al menos en lo que se refiere a la web y el correo electrónico, se requiere un esfuerzo inicial que muchos no están dispuestos a dar, a no ser que la recompensa sea suficiente. Y no lo es, puesto que siguen realizando sus actividades fuera de la red. Por eso, es posible que el porcentaje de personas mayores que usen Internet crezca si les resulta suficientemente atractivo el plus que ofrece Internet.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.
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