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Daniel Rodríguez Herrera

Google y la estela de Jobs

Convertir todos sus productos en plataformas debería ser una de esas pocas cosas en las que Google centre sus esfuerzos a partir de ahora. Pero me temo que no será así. Es una lástima, porque si se animara seguramente lo haría mejor que nadie.

En las últimas páginas de la biografía oficial de Steve Jobs, se cuenta la reunión que éste tuvo cerca del final de sus días con el recién nombrado consejero delegado de Google, Larry Page, quien le pidió consejo para su nuevo cargo. Según cuenta Isaacson, Jobs puso al margen la ira que sentía hacia Google por culpa de Android –que consideraba una copia del iPhone– y recordó cómo él mismo había recibido ayuda de un buen montón de gente, incluyendo a Bill Hewlett, el cofundador de HP que le ofreció trabajo cuando era adolescente.

La principal advertencia que le hizo fue que dejara de parecerse tanto a Microsoft. Que abarcara menos frentes y enfocara la empresa hacia los productos realmente importantes y diferenciadores. Fue la estrategia que Apple siguió cuando regresó al frente, aunque eso conllevara cancelar proyectos tan prometedores como la agenda electrónica portátil Newton y permitir a otras compañías como Palm hacerse con aquel mercado. Un consejo que podría no tener ninguna importancia, si no fuera porque parece que es precisamente eso lo que está haciendo Page al frente de Google.

Desde que se hiciera cargo de la compañía a comienzos de abril, Page ha cerrado o anunciado el abandono de productos y servicios como Buzz, Labs, Desktop, Pack, Health, Notebook y unos cuantos más. La compañía está rediseñando los supervivientes para darles un aspecto común y una mayor coherencia en la experiencia de uso. Algunos servicios, como Profiles y Picasa Web, se están integrando en Google+, y seguramente muchos más lo hagan en el futuro. En definitiva, parece que la intención de Page es centrarse en aquello que mejor pueden hacer y poner ahí toda la carne en el asador, y evitar distraer recursos –especialmente humanos– en productos de segunda categoría.

En principio parece una estrategia acertada, aunque parece difícil que en el mercado de internet pueda lograrse con tanta facilidad como en el de los dispositivos. Si realmente Page se lo está tomando en serio, posiblemente veamos el año que viene cierres algo más sonados que los que ya han tenido lugar, como Chrome OS o Knol, así como servicios que dejan de existir de forma independiente para integrarse por completo en otros, especialmente en Google+.

No obstante, seguramente la lección empresarial más importante que debería recibir Larry Page no es la que recibió de Steve Jobs, sino la que le está enseñando Jeff Bezos a través de un empleado. Google debería haber sido la dueña natural de la nube, y se ha dejado comer terreno por empresas como Amazon o la propia Apple por no convertir todos sus productos en plataformas que permitieran a desarrolladores de fuera de la compañía hacerlos crecer implementando ideas que a la propia Google jamás se le habrían ocurrido. Sucede de vez en cuando en productos que sí son una plataforma, como Maps, que dio lugar entre otras ideas nuevas a Panoramio, el servicio de fotografías que terminó comprando la propia Google.

Convertir todos sus productos en plataformas debería ser una de esas pocas cosas en las que Google centre sus esfuerzos a partir de ahora. Pero me temo que no será así. Es una lástima, porque si se animara seguramente lo haría mejor que nadie.

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