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Con el bombardeo el 31 de marzo del centro de comunicaciones del régimen iraquí, no sólo se impidieron las emisiones de la televisión sino que se dejó sin acceso a Internet a los iraquíes que podían permitírselo. Estados Unidos aún no ha incluido entre sus planes la reconstrucción de la infraestructura necesaria para el acceso a Internet, cosa lógica, dadas las necesidades más básicas aún por atender. Sin embargo, una asociación británica llamada CITRI ha realizado una original propuesta para recoger fondos para destinar a dicha rehabilitación.

La proposición consiste en emplear el nombre de dominio de Irak (.iq), cuyas dos letras, en inglés, son las siglas de Coeficiente de Inteligencia, realizar subastas de los nombres más atractivos (high.iq, por ejemplo) y obtener hasta 10 millones de dólares con los que afrontar los gastos. Parece un poco utópica semejante cantidad en esta época de vacas flacas, aunque en esta iniciativa participan varias empresas británicas especializadas en la red que, se supone, deben saber algo de esto.

Además, llevará su tiempo. El organismo encargado de velar por el buen uso de los nombres de dominio, la ICANN, suele tardar varios meses en cambiar a los responsables de manejar un dominio, como ya vimos con Afganistán. Y eso, a pesar de que el sufijo en cuestión no ha sido empleado nunca, debido a las sanciones. Aún suponiendo que el proyecto tuviera el visto bueno del futuro gobierno interino iraquí, llevaría un mínimo de medio año la burocracia necesaria para quitar el control a sus antiguos dueños, la empresa InfoCom, cuyos propietarios están ahora en la cárcel acusados de financiar a Hamas.

La guerra puede haber durado tres semanas, pero la construcción de una sociedad libre, próspera y democrática va para largo, como no podía ser de otra manera. No obstante, no conviene dejar de lado en los planes a una fuente de información que ha demostrado ser en esta guerra, como tantas otras veces, la más libre.

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