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Daniel Rodríguez Herrera

Tanto Twitter para esto

Tanto rollo dospuntocero, tanta cosa de que con internet no hacían falta medios de masas, y al final lo que quieren los revolucionarios de las redes sociales es salir en la tele, que si no parece que nadie les hace caso.

En la concentración de este martes en Sol se gritaba como consigna "Queremos salir en Telemadrid". Tanto rollo dospuntocero, tanta cosa de que con internet no hacían falta medios de masas, y al final lo que quieren los revolucionarios de las redes sociales es salir en la tele, que si no parece que nadie les hace caso.

Discúlpenme que no se me levante el entusiasmo, pero la primera revuelta de Twitter en España se parece mucho a las manifas antifas de toda la vida, sólo que con un montón de despistados que se han unido creyendo que eso es otra cosa, gracias a lo cual hay más de dos gatos. Ha sido lo mismo de siempre, consignas anticapitalistas y piedras contras las lunas. Sólo que con gente de corbata y vaqueros de moda haciendo bulto.

En Twitter se puede poner #15m todas las veces que se quiera, pero cuando llega el día D y la hora H alguien ha tenido que organizar el cotarro, poner las pancartas, preparar las consignas, ejercer de equipo de seguridad y hasta pedir permisos a la delegación del Gobierno. ¿Creen que eso lo han hecho los internautas que empezaron repitiendo el #nolesvotes como unos posesos y ahora están en la puerta del Sol? No, claro. Lo han hecho quienes tienen la experiencia, capacidad e iniciativa de hacerlo y, gracias a ello, se han hecho con el liderazgo del movimiento.

Así, la organización de todo este sarao ha corrido a cargo de la extrema izquierda de siempre, de los okupas de toda la vida. La voz cantante ha corrido a cargo no del "pueblo" en general, sino de unos personajes muy en concreto. Allí se presentó Willy Toledo, uno de los principales apoyos de la tiranía castrista en España, sin que nadie lo echara a gorrazos, pese a que los organizadores se autodenominan "Democracia real ya", que debe ser el nuevo pseudónimo de las democracias populares de antaño. Antes lo hizo Carlos Taibo, uno de los más conocidos soportes dizqueteóricos de los antiglobalización españoles. El manifiesto es un recorrido por los tópicos de la izquierda más rancia, esa que lo pide todo del Estado y se cree que al mismo tiempo puede haber empleo y prosperidad y que los políticos no se conviertan en una casta.

Las manifestaciones contra la guerra de Irak fueron multitudinarias porque acudió gente de todo el espectro político. A una escala infinitamente menor, algo similar está ocurriendo ahora. Sin embargo, entonces mucha gente se fue descolgando según se dio cuenta de que aquella protesta teóricamente apartidista no era más que una pantalla para promocionar a la izquierda. Quizá el punto de inflexión fue aquel vándalo barcelonés que aprovechó el ambiente para asaltar El Corte Inglés y llevarse un jamón.

Cuando los del Twitter se den cuenta de que alguien quiere llevarse el jamón, abandonarán a la extrema izquierda. Y entonces acabará la #spanishrevolution.

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