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Diana Molineaux

El amigo español

La visita oficial de los Reyes, que comenzó con diversos actos este miércoles en Washington, fue seguida con más atención en los estados que aún esperan su llegada, e incluso en el vecino México, pero fue en la capital norteamericana donde presentó la imagen que España desea proyectar en tierras americanas: amiga y compañera de viaje de los hispanos, amiga y aliada de Estados Unidos.

Ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mensaje del rey alcanzaba tanto a la comunidad hispana de EEUU como a todos los países iberoamericanos: el nuevo interés de España por el vasto número de residentes hispanos en Norteamérica, no trata de dominar ni dirigir, sino que es solidaridad, para ser "uno más entre todos". México, origen de los dos tercios de los inmigrantes hispanos, recibió un reconocimiento especial por "la impronta española y mejicana de más de 300 años" y como el país, a través de cuya herencia, buena parte de lo español ha llegado a Estados Unidos.

La atención a los hispanos no representa rivalidad alguna con la América de cultura anglosajona que todavía es mayoritaria: las relaciones con Estados Unidos son "parte fundamental" en los tratos con el continente americano, dijo el Rey, y símbolo de este buen entendimiento fue la visita al presidente Bush, quien llamó desde la Casa Blanca a su padre y ex presidente para que saludara telefónicamente a los Reyes, a quienes ya conoce. En su discurso en el BID, el Rey incluso recordó las palabras de Bush, en español, "entre todos podemos" superar desafíos y dificultades, y señaló que su actual viaje trata de reforzar los vínculos entre España y Estados Unidos mediante el recuerdo de la presencia hispánica en Norteamérica.

Fuera de Washington, el recuerdo de España se recoge en la exposición de Mississipi "La Majestad de España", que los reyes visitarán, así como una nueva colección de pintura española en Texas. Pero, muy especialmente, en los millones de inmigrantes iberoamericanos que pueblan el país. Las estancias en Texas y Florida simbolizan precisamente esta atención al creciente segmento de estadounidenses con herencia hispana.

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