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Diana Molineaux

El mapa electoral

Mapa electoral actual
ESTADOS
FAVORABLES A BUSH
23 ESTADOS
189 VOTOS
FABORABLES A GORE
13 ESTADOS MAS WASHINGTON D.C.
153 VOTOS
INDECISOS
15 ESTADOS
196 VOTOS




El mapa electoral de este 10 de octubre da una clara ventaja a Bush en número de estados, pero mucho menor en cuanto a número de votos electorales, porque los dos mayores premios, Nueva York y California, están firmemente bajo control demócrata. Bush sigue luchando por garantizarse la Florida, el cuarto estado en importancia con 25 votos electorales como los estados de Washinton y Oregón. También se ha recuperado en Minnesota, Michigan, Illinois, Ohio y Pennsylvania, todos ellos con un número considerable de votos y que parecían inclinarse hacia Gore la pasada semana.

Recuperación generalizada de Bush
Las encuestas más recientes indican una erosión del apoyo por el demócrata Al Gore y una recuperación del republicano George W. Bush en todos los aspectos, por reparto geográfico de votos electorales, en propuestas de gobierno y atracción personal. La fuerte y rápida oscilación indica que el electorado es todavía muy voluble y la carrera puede todavía cambiar de signo varias veces en los 28 días que aún quedan hasta las elecciones. Pero Bush ha recibido un espaldarazo que le da la confianza que, visiblemente, iba perdiendo y que le es imprescinible para ganar en una lucha tan igualada.

El mapa y el cuadro de este martes reflejan que Bush ha conseguido finalmente imponerse en donde le era más difícil: "¿qué candidato está más de acuerdo con Vd. en las cuestiones que le interesan?". Gore había ido por delante hasta ahora, pero la encuesta Gallup de este lunes por la noche da por primera vez cuatro puntos de ventaja a Bush, que tiene los mejores resultados desde el fin de la convención republicana, el 7 de julio.

El nuevo obstáculo que Bush ha de superar, al mismo tiempo, es la nueva oportunidad que se abre a Gore. Este es el segundo debate presidencial de este miércoles por la noche, ya la madrugada en España. Es una espada de dos filos: el formato, con los dos candidatos y el moderador en torno a una mesa, es más coloquial y favorable a Bush pero, al mismo tiempo, las expectativas no están de su parte: precisamente aquí la gente espera que Bush le de sopas con onda a Gore en cuestión de atractivo personal y, si el vicepresidente ha estudiado con su aplicación habitual los fallos del primer debate, donde ganó "por puntos" en conocimientos y se hundió miserablemente con su tono condescendiente y su exceso de maquillaje, se beneficiará de la sorpresa de hacerlo mejor que antes. Difícilmente lo puede hacer peor.

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