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Diana Molineaux

La fuerza del dinero

Por si Washington no tuviera bastantes dolores de cabeza ante los crecientes problemas de Iberoamérica, Colombia ha añadido un elemento más con la disolución de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia.

Más conocidos como paramiliatres, ya no gozaban de grandes simpatías pero su dispersión ahora conjura aquí un espectro de bandas armadas al estilo afgano que tan solo servirán para desintegrar aún más el país

El gobierno norteamericano, que tanto ha hablado de Colombia y de su plan de ayuda, ha mantenido el silencio ante este nuevo giro, tal vez porque aún no ha llegado a una forma de interpretarlo.

Según las agrupaciones mayoritarias de las Autodefensas, que cuentan con unos seis mil hombres, se vieron obligadas a romper por que el "Grupo Central" –que cuenta con unos 2.000 combatientes– había dejado ya hace tiempo de lucha por motivos ideológicos y aprovechaba sus estructuras tan sólo para lucrarse con la tráfico de cocaína y los secuestros.

Tal vez sea más cierto que el Grupo Central se aprovechaba mejor del negocio de la droga y del terror que el resto y, como tantas organizaciones guerrilleras, también las AUC sucumben a las necesidades –y tentaciones– del dinero que al principio sirvió para financiar sus operaciones y acaba convirtiéndose en un negocio con vida propia.

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