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Diana Molineaux

La montaña fue a Mahoma


Mientras George Bush se concentraba en llevar a la prácticas sus promesas electorales en educación y recortes de impuestos, recibió la inusitada visita del primer ministro canadiense, quien en pocas palabras vino a decirle:"No me abandones, George".
Jean Chrétien, abierto partidario del candidato Al Gore el pasado año, se alarmó al ver que Bush rompe con la tradición y no realiza su primer viaje internacional a Canadá, sino a México. Incluso ha dicho que este cambio es un "símbolo" de la renovada importancia de Iberoamérica.

Tal vez Bush piense ya en su reelección dentro de cuatro años y quiera atraerse el cada vez más numeroso voto hispano, pero Chrétien podía temer que esté algo resentido. No sólo por sus frecuentes críticas antiamericanas, sino porque la televisión pública, que indirectamente controla, se sumó al jueguecito del pasado verano de presentar a Bush como un tontorrón. Un reportero le preguntó por "Jean Poutine" como si se tratara de Chrétien, para la prolongada algazara general de los teleespectadores canadienses cuando Bush mordió el anzuelo al no darse cuenta del cambio.

Chrétien decidió plantarse él mismo en Washington y, aunque lo normal es que sea el recién investido quien haga el viaje, pudo decir -y sus funcionarios repetir- que es el primer jefe de gobierno "recibido" por Bush.

Traduciendo a lenguaje llano, vino a decirle: "George, no me abandones. Es verdad que no me he portado muy bien, pero me gusta pescar y hacer deporte como a ti. Podemos congeniar". "El Canadá es vuestro mejor amigo, aliado, vecino, cliente y socio. Somos tan parecidos que la gente ni nos sabe distinguir, porque el idioma que hablamos de manera peculiar es el francés”.

"Es cierto que he criticado tu programa defensivo y hasta he dado argumentos a Pekín y Moscú para oponerse a la defensa espacial, pero hace dos siglos que luchamos en el mismo bando. Por nuestra frontera común no se te cuelan millón y medio de ilegales cada año, como pasa en los 3400 kilómetros contiguos a México, tu vecino con el que ahora me das el salto."

"Aunque trato de contrarrestar el embargo norteamericano contra Cuba por todos los medios comerciales y diplomáticos, ahora neutralizo un tanto mi oposición a tu política hablando de la democracia igual que hacéis en Washington. En la Cumbre de las Américas de Quebec el próximo abril, hasta apoyaré una resolución excluyendo de acuerdos hemisféricos a los países no democráticos."

"¿Es que te has olvidado que los canadienses nos quedamos con la cuarta parte de vuestras exportaciones, más que Japón y México juntos? Y por los chistes, no hagas caso: hasta un experto como yo habló de ti como "el nuevo primer ministro de EEUU" y nadie me llamó tonto".

"Cuando vengas a Quebec te trataré tan bien como si fueras el mismísimo Clinton".

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