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EDITORIAL

Al borde de una nueva recesión

El apocalíptico escenario contable en las comunidades perdidas por el PSOE avala a quienes sostienen que el Ejecutivo se parapeta tras unas cifras irreales que poco o nada tienen que ver con la realidad.

El nulo crecimiento en el tercer trimestre de este año y los gravísimos errores en las proyecciones económicas del Gobierno alejan todavía más las perspectivas de recuperación económica. Las cifras de paro –especialmente las de paro juvenil, que afecta a casi la mitad de los jóvenes– completan una coyuntura que se agrava mes a mes, sin que los parches de última hora del Ejecutivo socialista tengan efectos visibles. Es más, en la mayoría de los casos son contraproducentes y retrasan aún más la salida del agujero.

El Gobierno de Zapatero no acierta una a la hora de las previsiones, lo que dice mucho de su formidable incapacidad o de sus maquinaciones para maquillar las cifras más pavorosas. Puede, incluso, que concurran las dos circunstancias, lo que quitaría toda credibilidad a las improvisadas promesas de Rubalcaba, que piensa que con brindis al sol como su apuesta por el abaratamiento no del despido sino de la contratación puede sortear cuestiones como los cinco millones de parados, baldón insoportable con el que no tienen que cargar economías también muy tocadas, como la griega, la portuguesa y la irlandesa.

Frente al desastre socialista, los planes del PP pueden resultar insuficientes, sobre todo si la extendida sospecha de que las cuentas públicas están maquilladas se confirma y resulta que la situación real de nuestra economía es mucho peor de lo esperado. De hecho, el apocalíptico escenario contable en las comunidades perdidas por el PSOE avala a quienes sostienen que el Ejecutivo se parapeta tras unas cifras irreales que poco o nada tienen que ver con la realidad. De ser así, los ajustes y medidas que habría de adoptar el PP, en caso de que, como prevén todas las encuestas, gane las elecciones, habrán de ser mucho más duros y contundentes.

La excusa de una crisis global pierde toda consistencia ante el empecinamiento de Zapatero, sus ministros y su partido, empeñados en negar la realidad y construir un discurso saturado de demagogia y absolutamente inservible para la situación de auténtica emergencia que vive el país. Sus errores y desmanes los pagaremos caros durante mucho tiempo.

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