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EDITORIAL

Cantos de sirena para Rajoy

Esperamos que esta vez los líderes del PP antepongan los intereses de su partido y de sus votantes a la aparente comodidad personal que les puedan ofrecer el PSOE y sus medios afines

Coincidiendo con el descontento que el nombramiento de Soraya Saenz de Santamaría como portavoz del PP en el Congreso de los Diputados ha provocado en amplios sectores de ese partido, el PSOE opta por una de sus tácticas favoritas, los cantos de sirena de la falsa cooperación y el diálogo engañoso. Es normal que un partido político aproveche un momento de crisis, tensión o simplemente reorganización en el seno de sus rivales para sacar provecho de la situación intentando atraerse a sus contrincantes más débiles. En estos casos, los dirigentes de la formación política interpelada deben mantener la necesaria fidelidad a los principios que dicen defender y evitar hacerle el juego a su auténtico competidor.

Uno de los pilares sobre los que se sustenta la democracia representativa es el consenso entre los principales partidos en torno a una serie de valores básicos que aseguren la continuidad del sujeto político, en este caso la Nación española y el pueblo español, tal y como establecen el Preámbulo y el artículo 1 de la Constitución. Sin embargo, más importante que las formas es la lealtad a los principios del sistema, es decir, el Estado de Derecho y el imperio de la ley, nociones que el PSOE ha despreciado no pocas veces, especialmente en los últimos años.

Por tanto, poco valen ahora las palabras de José Blanco a propósito de la "predisposición positiva" del PP tras los cambios de Rajoy. Mucho mejor sería que los socialistas adoptasen un talante respetuoso con las instituciones, comenzando con el Poder Judicial, en cuya independencia nunca han creído. También les vendría bien tomar nota de las palabras pronunciadas ayer por Ana Iríbar, viuda de Gregorio Ordóñez, y mostrar firmeza ante los nacionalistas, que a fecha de hoy siguen sin tomar las medidas necesarias para que los proetarras dejen de burlarse de la democracia y de amenazar a los pacíficos. Es el PSOE que debe mover ficha y probar al PP y a la ciudadanía que está dispuesto a llegar a acuerdos que redunden en el fortalecimiento de la igualdad ante la ley de los españoles y de la división de poderes y funciones. De no ser así, estaríamos asistiendo a la escenificación de un nuevo engaño a fin de crear divisiones internas en el PP y de paso consolidar el poder a expensas del contrario.

Por desgracia, la táctica del "engaña, divide y vencerás" socialista ha sido bastante exitosa a la hora de desactivar al adversario y así ganar tiempo para poner en práctica medidas dañinas para todos, y muy en especial para las posibilidades de la oposición a la hora de llevar a cabo un control efectivo del Gobierno. Esperamos que esta vez los líderes del PP antepongan los intereses de su partido y de sus votantes a la aparente comodidad personal que les puedan ofrecer el PSOE y sus medios afines. Asimismo, confiamos en que no pierdan de vista que su principal responsabilidad es el marcaje continuo al Ejecutivo, sobre todo en cuestiones que afectan a la calidad de la democracia española.

A las buenas palabras de Blanco, por otra parte vacías de contenido mientras no se traduzcan en propuestas concretas y creíbles, Rajoy y Sáenz de Santamaría deben responder con firmeza y claridad, y además exigir al PSOE que indique con hechos si es verdad que quiere gobernar de otra manera o más bien hacer eso a que nos tiene acostumbrados: mentir para dividir. No más entregas a un PSOE maestro de la doblez y la impostura por parte de un PP inseguro y acomplejado. Lealtad y verdad, no trapos calientes.

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