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EDITORIAL

Carod y la crispación nacionalista

Para los nacionalistas, anticatalán es todo aquel que no pertenece a su secta política ni suscribe sus opiniones aunque haya nacido y vivido siempre en Cataluña.

Como todos ustedes saben, o deberían saber si pusieron unos segundos la televisión durante los últimos años, en España existe una gran crispación política debida a la pérfida actuación del PP, que cometió la osadía de oponerse, entre otras cosas, a la negociación de tú a tú del Estado con una banda de criminales. Jamás el PSOE ni ningún partido nacionalista, situados en el lado correcto del "cordón sanitario", hizo otra cosa que responder a las provocaciones.

Lo malo, con serlo, no es que haya quien se crea esta sarta de bobadas, sino que lo hagan cerrándose en banda a todas las evidencias que, empezando por el Pacto del Tinell, tienen de que la realidad ha sido la contraria. Ni siquiera el nuevo PP de Mariano Rajoy, tan deseoso de pactar con nacionalistas y no hacer demasiada oposición en la mayoría de los asuntos en que debería hacerla, ha logrado aplacar las iras de unos y otros. Si en la reciente comparecencia de Álvarez a propósito de la tragedia de Barajas el único que puso veneno en sus palabras fue el portavoz del PSOE para criticar al PP, Carod acaba de dejar claro que jamás aceptará que alguien a quien estima "anticatalán" tenga derecho siquiera a opinar sobre los problemas que afectan a la región.

Para los nacionalistas, anticatalán es todo aquel que no pertenece a su secta política ni suscribe sus opiniones aunque haya nacido y vivido siempre en Cataluña. Anticatalán es que denuncia la corrupción que supone, por ejemplo, el pago de numerosos e inútiles informes a personas afines a los políticos que los encargan. Anticatalán es el extremeño insultado que protesta, no el nacionalista que ofende. Para políticos como Carod y formaciones como ERC, el Partido Popular carece de ningún derecho a expresarse ni a pretender alcanzar el poder. Pero la celebérrima crispación, ese invento progre de tanto éxito, es siempre culpa del PP, aunque declare estar dispuesto a "negociar" con quien le desprecia.

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