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EDITORIAL

EA, caballo de Troya de Batasuna

Si la lista que el Polo Soberanista presenta a los comicios está "contaminada" por personajes llegados desde Batasuna, es necesario denunciarla sin más demora e ilegalizarla.

Con las elecciones municipales a menos de un año vista, las terminales políticas de la ETA están buscando ya el modo de revalidar legalmente su presencia en los ayuntamientos. Es más que posible que la jugada que tan buenos resultados les rindió hace tres años –la operación de esconderse tras las viejas siglas de ANV– no pueda repetirse en el futuro, así que los líderes de Batasuna tratan por todos los medios de encontrar una franquicia en la que esconderse para conseguir concejalías y acceso a los presupuestos.

Esta franquicia podría ser la moribunda Eusko Alkartasuna (EA), partido fundado por el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea tras su salida del PNV hace ya un cuarto de siglo. Sería una simbiosis de la que ambos partidos se beneficiarían. Batasuna pondría el puñado de votos de sus incondicionales, suficientes para alcanzar algunas alcaldías y varios centenares de concejales. EA, por su parte, contribuiría con unas siglas sólo en apariencia moderadas y, sobre todo, con el pasaporte a la legalidad plena, que el aparato político de la ETA necesita para amamantarse. Se colarían, por lo tanto, toda la antigua Batasuna por este resquicio sin que nadie pudiese hacer nada para impedirlo.

Hasta aquí todo bien, la renovada estrategia electoral de la ETA, su penúltima treta para colarse en las instituciones, parece imposible de neutralizar. Pero no, no debería ser así. Si el Polo Soberanista que ambas formaciones formaron el pasado domingo tiene la intención de concurrir a las elecciones presentando candidatos de Batasuna –o de cualquiera de sus marcas blancas– la Fiscalía General del Estado tendría que intervenir de inmediato. No quedaría otro remedio, pues bastante ridículo se hizo ya en el año 2007 permitiendo que muchos de los candidatos de ANV se metiesen de lleno en las corporacioneso.

Las circunstancias, además, han cambiado, (o eso proclama el PSOE) desde los tiempos de la negociación en los que todo estaba permitido para el entorno etarra. El Gobierno dice mantener una postura firme frente al terrorismo y no estar tentado lo más mínimo a negociar con la banda. Pero, por desgracia, los hechos hacen pensar más bien lo contrario. El PSOE vasco se ha atrevido a actuar por su cuenta y muchos son los indicios que llevan a pensar que, al menos su presidente Jesús Eguiguren, mantiene conversaciones con líderes de Batasuna en vista a resucitar la mesa de negociación con la que la propia ETA acabó suspendiendo unilateralmente la tregua-trampa.

Tal y como ha señalado el popular Antonio Basagoiti, si la lista que el Polo Soberanista presenta a los comicios está “contaminada” por personajes llegados desde Batasuna, es necesario denunciarla sin más demora e ilegalizarla. Si perseveran en esa actitud, la única defensa que le queda al Estado de Derecho sería aplicar la Ley, en este caso la de Partidos, y hacer caer todos su peso sobre EA, que se habría convertido en un caballo de Troya dentro del cual se escondería el brazo político de los terroristas. No hay, en definitiva, muchas más opciones a este nuevo desafío que ha presentado la banda a través de sus organizaciones interpuestas. Ahora sólo resta saber si, por este orden, el PSOE, la Fiscalía y el propio Zapatero están a la altura de que la circunstancia exige. 

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