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EDITORIAL

El fiasco financiero del Estado autonómico

No es momento para parches, y tanto el crédito extraordinario del ICO que ofrece el PSOE como la prórroga de la devolución de los anticipos que solicita el PP son eso: parches. Es hora de redefinir el Estado de las Autonomías.

Desde que el PP arrasó en las elecciones autonómicas del pasado 22 de mayo, parecía bastante claro que la táctica del PSOE de cara a las próximas generales iba a ser la de asfixiar financieramente a las autonomías. Si se les dificultaban los ingresos y se les forzaba a practicar un fuerte ajuste del gasto, el malestar ciudadano dejaría de concentrarse en Zapatero y, sobre todo, le permitiría a Rubalcaba sacar a pasear el dóberman de la derecha antisocial.

La intransigente postura del Ejecutivo socialista en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado miércoles debe leerse desde esta óptica: después de que la Administración central se haya apretado el cinturón, les ha llegado el turno a las autonomías. No es que el razonamiento sea del todo incorrecto –pues, en efecto, el gasto autonómico sigue absolutamente desbocado–, pero el PSOE carece de legitimidad y de tiempo para abrir semejante debate.

A la postre, fue el Ejecutivo de Zapatero quien infló las previsiones de ingresos de 2008 y 2009 y quien abonó a las autonomías unos anticipos a cuenta que eran a todas luces excesivos, y fueron gobiernos socialistas quienes dejaron las despensas autonómicas llenas de deudas. Ahora, con déficits estructurales que se cifran en miles de millones de euros, no resulta muy factible que esas autonomías asuman a cinco años vista pagos extraordinarios de 23.000 millones de euros.

O, al menos, no resulta factible sin cambios de calado en nuestro Estado de las Autonomías. Es imprescindible definir –y cerrar– qué entes prestan qué servicios públicos para, posteriormente, proporcionarles los mecanismos de financiación necesarios. En ese momento, los gobiernos autonómicos que no deseen recortar el gasto, tendrán que subir sus impuestos; y quienes opten por mejorar su eficiencia sin esquilmar todavía más a los ciudadanos, podrán incluso rebajar los suyos. Pero la situación actual, en la que un nivel administrativo gasta y el otro recauda y reparte, es del todo insostenible.

No es momento para parches, y tanto el crédito extraordinario del ICO que ofrece el PSOE como la prórroga de la devolución de los anticipos que solicita el PP son eso: parches. Es hora de redefinir el Estado de las Autonomías, pero el PSOE, por motivos obvios, no quiere ni puede hacerlo. Veremos si el PP, en caso de que acceda al Gobierno central, está dispuesto a coger el toro por los cuernos.

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