Menú
EDITORIAL

El silencioso Gobierno del “no a la guerra”

Ante la cuestión de si Zapatero descarta definitivamente el envío de más tropas a Afganistán, ya no se trata tan sólo de “no adelantar acontecimientos”, sino en plantearnos, más bien, si a un gobierno como este se le puede dar alguna credibilidad.

La intención del nuevo presidente estadounidense Barack Obama de aumentar la presencia militar aliada en Afganistán, junto a la muerte en aquel país de otros dos soldados españoles, ha despertado aun más el interés de los medios de comunicación por saber si nuestro Gobierno incrementará el número de soldados destinados en Afganistán. De hecho, este lunes dos diarios presentaban informaciones contradictorias a este respecto. Así, El Periódico de Cataluña, en línea con las palabras e informaciones que algunos dirigentes socialistas y medios de comunicación afines al Ejecutivo habían hecho llegar a la sociedad en los últimos días, ha dado por seguro el envío de nuevas tropas y hasta ha cifrado ese aumento en quinientos nuevos efectivos, que se desplegarían en el país asiático el próximo mes de junio. El diario El Mundo, sin embargo, publicaba una entrevista al ministro de Exteriores, en la que Moratinos, aun pidiendo "no adelantar los acontecimientos", afirmaba que "el Gobierno español no tiene pensado aumentar el contingente". En esta misma línea se ha vuelto a pronunciar Moratinos este lunes, así como el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien ha asegurado que Zapatero le ha comunicado que no tiene "ninguna previsión" de incrementar nuestras tropas en Afganistán.

Sea como fuere, y dando por bueno el consejo de Moratinos de "no adelantar acontecimientos", lo que no es de recibo es que el Ejecutivo español variase sus previsiones en función de la muerte de estos dos militares, y que, a estas alturas, el presidente del Gobierno y la ministra de Defensa no hayan dado la cara ante los medios de comunicación para aclarar estas y otras muchas relevantes cuestiones que siguen siendo una incógnita. Lo que no es de recibo es que, con el escenario bélico que se sufre en Afganistán y siendo España el país que ha sufrido más bajas tras los Estados Unidos en esa guerra, nuestro Gobierno insista en tratar de convencernos de que la misión que llevan a cabo nuestras tropas sea la de una labor humanitaria similar a que desempeñaría una ONG.

Lo que no es de recibo es que, por sostener esa ficción y no reconocer los riesgos a los que se enfrentan nuestros soldados, los socialistas no se planteen –o no informen– de cuales son las fórmulas para dar más seguridad a nuestras tropas. Tampoco es de recibo que la ministra de Defensa se limitara el domingo a leer un comunicado, sin dejar hacer preguntas a los periodistas, tal y como ha vuelto a hacer este lunes en Herat en su alocución a los militares allí destacados. Eso, sin olvidar que Zapatero apenas ha dedicado unos palabras a lo que, más que un homenaje a nuestros soldados, ha sido un velo de silencio.

La razón de tanta opacidad por parte del PSOE, similar al elocuente silencio de los antaño voceros del "no a la guerra", no obedece sino al temor de que quede en evidencia la hipocresía de Zapatero, quien no ha dudado en ondear la bandera del pacifismo más irresponsable con tal de perjudicar electoralmente a sus adversarios políticos. Así, por mucho que Carme Chacón haya afirmado este lunes ante nuestras tropas que "nuestra misión culminará cuando el pueblo afgano sea capaz de valerse por sí mismo y de vivir en paz y libertad", no debemos olvidar que se trata de una ministra perteneciente a un Gobierno que no dudó en dejar en la estacada a nuestros aliados y al pueblo iraquí para satisfacción de ese terrorismo islámico al que combaten.

Así las cosas, y ante la cuestión de si Zapatero descarta definitivamente el envío de más tropas a Afganistán, ya no se trata tan sólo de "no adelantar acontecimientos", sino en plantearnos, más bien, si a un Gobierno como éste se le puede dar alguna credibilidad.

En España

    0
    comentarios