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EDITORIAL

El SUP y sus conflictos con la libertad de expresión

Se nos antoja que lo que de verdad persigue el sindicato policial es acabar con la libertad de expresión de ciertos profesionales

El Sindicato Unificado de Policía, el mismo que en el mes de febrero amenazó veladamente a Luis del Pino expresando el deseo de que el colaborador de Libertad Digital se quedase a solas con un agente de policía en una "habitación sin Estado de Derecho", ha anunciado que interpondrá varias querellas contra periodistas y políticos que no son de su agrado. La excusa, esta vez, para cercenar la libertad de expresión son las investigaciones que Del Pino y otros especialistas en el 11-M llevaron a cabo sobre el papel del ex jefe de los TEDAX tras la masacre.

Evidentemente no existe fundamento alguno para querellarse contra ninguno de los periodistas que, a lo largo de los últimos años, han investigado todos los detalles de la trama. Tanto Luis del Pino en Libertad Digital como Fernando Múgica en El Mundo se han limitado a realizar trabajos de investigación periodística, aportando siempre pruebas que, en el caso de los TEDAX, ocasionaron que Manzano fuese cesado de sus funciones como jefe de la unidad a finales del año pasado. Otra cosa bien distinta es que el juez no haya aceptado ciertas conclusiones derivadas de la investigación periodística, pero eso no invalida en modo alguno las averiguaciones de Luis del Pino o de Múgica. Más bien al contrario, todo lo que la prensa ha añadido a la instrucción del caso queda en el haber de la investigación y no, como pretende el SUP, en el debe.

Por la agresividad que el SUP muestra en este nuevo intento de acallar a la prensa se nos antoja que lo que de verdad persigue el sindicato policial es acabar con la libertad de expresión de ciertos profesionales que, por descontado, no tienen nada de que arrepentirse. En un caso tan complejo y enrevesado como el del 11-M del que, y es necesario recordarlo, los jueces han reconocido que todavía no se sabe ni quiénes fueron los que idearon y ordenaron ni cuál fue el arma homicida, cualquier investigación –por modesta que sea o insignificante que parezca– debe ser bienvenida por todos. Especialmente por la Policía Nacional, encargada desde el mismo día 11 de marzo de investigar y llegar hasta el final de un ovillo criminal del que sólo conocemos una pequeña parte.

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