La primera rueda de prensa de Elías Bendodo al frente de la secretaría general del Partido Popular ha incluido un anuncio de fuste, al confirmar que el congreso del PP madrileño tendrá lugar la tercera semana del próximo mes de mayo. La decisión de la nueva dirección nacional del PP pone fin de esta manera a un problema enquistado por Casado y su lugarteniente García Egea, que llegaron a extremos de claro tinte mafioso para impedir que los militantes madrileños eligieran a Díaz Ayuso como presidenta del partido a nivel regional.
Feijóo soluciona con esta decisión la grave anomalía de su partido en la Comunidad de Madrid, que a estas alturas sigue dirigido por una gestora "provisional" impuesta hace cuatro años por la anterior dirección nacional para esterilizar cualquier posibilidad de renovación al margen del aparato. La situación es tan aberrante que sigue sin haber candidatos en numerosas ciudades de la comunidad madrileña, en manos también de gestoras designadas por Casado y García Egea, a un año escaso de concurrir a las elecciones municipales y autonómicas donde el PP se lo juega prácticamente todo.
Acierta Bendodo al señalar esta circunstancia y dar la oportunidad de "construir equipos de gobierno, equipos fuertes y elegir a las personas que puedan ganar elecciones"; justo lo contrario de lo que hizo su penoso antecesor, que siempre pareció dispuesto a dinamitar el partido con tal de que nadie hiciera sombra a su jefe.
Pero no solo el PP madrileño podrá renovar sus cargos de manera democrática. Según Bendodo, el de Madrid será solo el primero de los congresos regionales de su partido a celebrar de aquí a este próximo verano. Después de éste irán celebrándose los de aquellas regiones que aún no lo han hecho, de manera que puedan contar con liderazgos fuertes elegidos democráticamente para crear equipos cohesionados con los que acudir con garantías a las elecciones autonómicas y locales de mayo del año que viene.
Feijóo ha acabado con la guerra sucia de Casado y García Egea contra Díaz Ayuso y dará la voz a los militantes para que elijan en libertad, que es lo que siempre pidió la presidenta madrileña. Su decisión normaliza al PP en una de las regiones más importantes de España y, sobre todo, pone de manifiesto de manera muy explícita que los tiempos del autoritarismo y la falta de escrúpulos en el PP nacional han tocado a su fin. Las encuestas electorales comenzarán a mostrar bien pronto hasta qué punto estas decisiones del nuevo presidente popular son una buena noticia para los ciudadanos que quieren ver fuera del Gobierno a Sánchez y sus aliados antisistema.