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EDITORIAL

Homenajear al 15-M en Sol, o cómo legitimar a los antisistema

¿Legitimar movimientos antisistema es lo que entienden los colegas madrileños de Albert Rivera por "cambio sensato"?

Pocos lugares tan emblemáticos de Madrid y de España entera como la Puerta del Sol, que alberga el llamado Kilómetro Cero de las carreteras radiales nacionales y desde donde todo el país saluda al nuevo año todas las Nocheviejas. El reloj de las Campanadas está en la sede de la Comunidad de Madrid, en cuya fachada dos placas conmemorativas rinden merecido homenaje a los Caídos del Dos de Mayo y, la más reciente, tanto a las víctimas del 11-M como a quienes se volcaron en atenderlas.

Por eso, pocas muestras más elocuentes del sectarismo y del envilecimiento institucional que muchos municipios españoles están padeciendo por culpa de la extrema izquierda podemita que la decisión del Ayuntamiento capitalino de dedicar una placa conmemorativa en Sol al 15-M, que durante dos meses tomó literal e ilegalmente la célebre plaza.

La formación liderada por Manuela Carmena ha justificado la colocación de la placa –cuyo lema será "Dormíamos, despertamos"– con que "no se puede dar la espalda a lo que hicieron miles de personas por la democracia" en esas fechas infaustas, pero lo cierto es que el 15-M quiso apropiarse ilegalmente de un espacio público para tratar de ganar en la calle lo que quienes lo capitalizaron no lograban ni han logrado conseguir en las urnas. Así, por poner un ejemplo especialmente pertinente, tanto en las elecciones municipales de 2011 como en las de 2015 el partido más votado en la capital de España fue el PP, y si no fuera por el ominoso apoyo del PSOE a Ahora Madrid, Manuela Carmena estaría en la oposición o en su casa. Por otro lado, conviene recordar que la Junta Electoral Central prohibió concentrarse en Sol durante la jornada de reflexión de las elecciones de mayo de 2011, pero los acampados desobedecieron tal prohibición impunemente. Y para qué hablar de los perjuicios y molestias que sufrieron, con tremenda impotencia, los atemorizados, asediados e indignadísimos vecinos y comerciantes de la zona.

Que elementos antisistema trataron de utilizar en su provecho con medios ilegales más propios del fascismo que de la democracia– el legítimo descontento popular hacia los dos grandes partidos para impulsar un movimiento profundamente liberticida como el que subyace en Podemos y en su marca blanca madrileña es un hecho bien conocido. Pero que Carmena, que se supone ha sido juez, quiera elevarlos a la categoría de los Caídos del Dos de Mayo, de las víctimas del 11-M y de quienes asistieron a estas últimas constituye una infamia y una afrenta a los madrileños de bien.

Si Carmena quiere rendir un homenaje sectario a alguien, que se lo haga –con cargo a su propio bolsillo– al insensato Pedro Sánchez, por quien pudo arrebatar la Alcaldía a Esperanza Aguirre, cabeza de la lista más votada por los ciudadanos madrileños. Pero que no utilice las instituciones para honrar a quienes sólo se significaron por su desprecio al régimen de libertades y por su nulo respeto por los espacios públicos y privados y por sus conciudadanos.

El hecho de que esta vergonzosa iniciativa haya sido aprobada no sólo con los votos de Ahora Madrid y del PSOE sino con los Ciudadanos va a dar alas a quienes acusan a la formación naranja de inmadurez impropia de un partido que pretende constituirse en alternativa de gobierno. ¿Legitimar movimientos antisistema es lo que entienden los colegas madrileños de Albert Rivera por "cambio sensato"?

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