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EDITORIAL

La marioneta de Gallardón y otros espectáculos

El espléndido guión ofrecido por Aguirre es aun más necesario después de la no menos espléndida intervención de Rosa Diez ante el parlamento. Esperemos que el PP no se resigne, porque ciertamente somos muchos los españoles que no lo vamos a hacer

Ver para creer. Después del largo, lacerante y bochornoso espectáculo que supuso la pretensión de Gallardón de encabezar junto a Rajoy las listas del PP por Madrid, sin tener para ello ni el apoyo del líder ni el de las bases del partido, sale ahora su subordinado, Manuel Cobo, acusando a Esperanza Aguirre de "montar un espectáculo" por algo que no ha sido sino un espléndido discurso en favor de los principios liberales del PP como firme y desacomplejado guión de oposición al gobierno de Zapatero.

Para empezar, si Esperanza Aguirre hubiera presentado su candidatura para presidir el PP, al único espectáculo que asistiríamos sería a un refrescante y estimulante ejercicio de democracia interna al que todo militante del PP tiene derecho. El hecho, sin embargo, es que, al día de hoy, Esperanza Aguirre no ha manifestado su intención de ejercer tal derecho. Como ha replicado con sorna la propia Aguirre, "si se me critica y he dicho que no está en mis planes, ¿qué harán si alguien decide que sí está en sus planes?"

Para "espectáculos" –estos sí– lamentables, aquel que dio Gallardón utilizando a Cobo de testaferro para disputar a Esperanza Aguirre la presidencia del PP de Madrid y que tuvo que ser retirado por el nulo respaldo que le otorgaba la militancia. Para espectáculo, el que vuelve a dar ahora Cobo, también como marioneta, permitiéndose cuestionar los apoyos a Esperanza Aguirre, uno de los dirigentes mejor valorados del partido. Para espectáculo, el que acaba de protagonizar el Ayuntamiento de Madrid, con Gallardón y Cobo a la cabeza, al ceder gratuitamente lo que era un inmueble destinado a la enseñanza de niños con pocos recursos y a promover la dignidad de la mujer española a un instituto que se va a dedicar al fomento del "mundo musulmán".

Para espectáculo, el que están dando en el PP quienes, en lugar de denunciar en mayor medida el viaje radical y la deriva nacionalista de Zapatero, hacen suya la propaganda del adversario diciendo que el PP debe "aparentar" o "viajar" hacia el "centro". Para espectáculo, el que hubiera podido protagonizar Rajoy si el PP se hubiera abstenido a la reelección de Zapatero tras el "No me resigno" de Esperanza Aguirre. Para espectáculo, el que da "Rajoy contra Rajoy", es decir, el que protagoniza el líder del PP cuando desperdicia sus talentos y debilita su liderazgo con sus intermitencias e inducidos perfiles bajos. Para espectáculo, el hecho de que sus espléndidas intervenciones parlamentarias dejen como escalofriante evidencia su error al designar portavoz en el Congreso.

Para espectáculos, los que está ofreciendo parte del PP al barajar la posibilidad de sumarse a un pacto supuestamente antiterrorista que Zapatero ya ha dejado claro que tendrá como socio insustituible e indispensable a la irredenta y principal formación separatista que firmó con ETA el Pacto de Estella. Para espectáculo, el que el PP ofrecería si se creyera que Zapatero –que "dialogó" con ETA antes de la tregua y antes de pedir permiso para hacerlo al parlamento– renunciaría definitivamente a la negociación con ETA por el hecho de derogar un permiso parlamentario que, para colmo, ha dejado claro que no va a derogar.

Para espectáculo, el que dan los que en el PP creen que se puede criticar al socialismo de Zapatero sin criticar –ni siquiera mentar– a los nacionalistas. Para espectáculo, el que supondría que la no entrega de Navarra al nacionalismo o la no celebración del referéndum de Ibarretxe haría admisible un "estatuto" soberanista e inconstitucional en el País Vasco, tal y como el que Zapatero e Ibarretxe pretenden, no tan secretamente, sacar adelante en esta legislatura. Para espectáculo, los que ignoran que el Gobierno social-nacionalista no dejará de excluir al PP si no es para utilizarlo como sumisa comparsa.

Los espectáculos son, en definitiva, tan graves y numerosos que el que menos nos debe ocupar y preocupar es el que ha protagonizado un personaje como Cobo. A no ser, eso sí, que nos sirva para reivindicar el espléndido guión ofrecido por Esperanza Aguirre, más necesario aun después de la no menos espléndida intervención de Rosa Diez ante el Parlamento. Esperemos que el PP no se resigne, porque ciertamente somos muchos los ciudadanos españoles que no lo vamos a hacer en ningún caso, y que optaremos por votar a la formación que tampoco lo haga.

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