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EDITORIAL

Los réditos del cordón sanitario a Vox: Cs cae en Madrid y Murcia

Ciudadanos paga las consecuencias de su nefasta estrategia para con Vox.

Albert Rivera ha convertido el rechazo a Vox en una de las principales señas de identidad de Ciudadanos. Su desdén hacia el partido conservador no es consecuencia de las pasadas elecciones autonómicas y municipales, que lo han convertido en pieza esencial para la conformación de numerosos Gobiernos de centro-derecha: el 26-M sólo exacerbó una inquina que ya quedó de manifiesto en las autonómicas andaluzas, donde la negativa de Rivera a negociar siquiera con los de Abascal llegó a extremos ciertamente grotescos.

Tras el 26-M, los gerifaltes de Cs apostaron decididamente por el ominoso cordón sanitario a Vox, partido al que llegaron a equiparar con Podemos y los nacionalistas. Tal vez el preclaro Rivera y su estratega Villegas pensaban que los pactos en los ayuntamientos y comunidades con mayoría del centro-derecha caerían por su peso y que los concejales y diputados autonómicos del partido al que insultaban a diario les entregarían gratuita y servilmente su apoyo. Pues bien, no solo no ha sido así, sino que, en un pulso que todavía prosigue, los de Rivera han tenido que dar marcha atrás y desde hace una semana se sientan a negociar con quienes no se han cansado de demonizar.

Es fácilmente imaginable el estupor de los votantes de Cs durante todo este proceso, pues han visto cómo Rivera ponía en riesgo la formación de Gobiernos liberal-conservadores por su injustificada aversión a un partido de impecables credenciales democráticas y que ha sufrido campañas intoxicadoras muy parecidas a las que han tenido al propio Cs en el objetivo, sobre todo en Cataluña.

Así lo reflejan los últimos estudios demoscópicos, que dan cuenta del rechazo de los votantes de Rivera a su bochornosa estrategia de boicot: en Murcia, Vox superaría a Ciudadanos, que perdería un tercio de sus escaños y quedaría relegada a la cuarta posición, mientras que en Madrid los de naranja perderían otros dos diputados, si bien en este caso no irían a parar a Vox sino al PP, que también se beneficiaría del desplome de la formación de Rocío Monasterio. Por lo demás, la estrategia anti-Vox tampoco beneficiaría a Ciudadanos en Cataluña, donde se daría una batacazo colosal.

Estos son los réditos del cordón sanitario a Vox instigado por el fracasado Manuel Valls y aplicado por Rivera al pie de la letra. El propio líder de Ciudadanos explicaba las consecuencias de traicionar al electorado en la misma noche de las elecciones andaluzas, cuando le dijo a Pedro Sánchez: "Pactar con Torra y Rufián no sale gratis". Imponer cordones sanitarios a partidos de impecables credenciales democráticas, tampoco.

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