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EDITORIAL

Madrid, más libre y más próspera

El resto de los Ejecutivos autonómicos debe tomar ejemplo de Aguirre, si es que quieren que sus regiones sean, como Madrid, cada día más libres y más prósperas.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha anunciado que está ultimando un anteproyecto de ley que liberalizará los horarios comerciales y simplificará enormemente los trámites administrativos necesarios para abrir un negocio. De esta manera, Esperanza Aguirre da un paso más en el proceso liberalizador que emprendió hace ya ocho años, cuando se hizo cargo del Ejecutivo autonómico madrileño, y que ha llevado a su región a liderar el crecimiento económico en España.

La ampliación de los horarios comerciales es una vieja demanda de los consumidores que sólo ha sido frenada por viejos prejuicios y la desmesurada influencia de determinados grupos de presión. El apoyo de la mayoría de la población a la medida es algo evidente: sólo hay que ver cómo los clientes abarrotan los comercios en los pocos festivos en que se les permite hacerlo.

Aunque ha tenido menos impacto mediático, la segunda novedad anunciada por el Gobierno de Aguirre puede ser incluso más importante para la economía madrileña. Desde el momento en que se apruebe la norma, aquellos empresarios que quieran abrir un negocio podrán hacerlo cuando lo estimen conveniente, sin necesidad de esperar a cumplimentar los eternos procedimientos burocráticos que exigen los diferentes ayuntamientos. De esta manera, lo único que se pedirá al comerciante será una "declaración responsable", que le permitirá obtener la licencia provisional con la que podrá comenzar su actividad de inmediato.

Con estas dos iniciativas, Aguirre ataca directamente dos de los principales obstáculos para el avance de la economía española: el exceso de regulación y la asfixiante burocracia. En la última edición del estudio Doing Business del Banco Mundial, España aparecía en el puesto 144 en el apartado "Facilidades para abrir un negocio", por detrás de países como Venezuela, Argentina o Zimbabue. Aunque normalmente los medios centramos nuestra atención en las grandes regulaciones dependientes del Gobierno central, que afectan a ámbitos como el laboral, el financiero o el impositivo –en los que también son necesarias las reformas de gran calado–, la gestión de los Gobiernos autonómicos se traduce en profundas diferencias intercomunitarias. Por eso el número de locales comerciales ha aumentado en Madrid un 1,6% en la última década y en Cataluña, la gran defensora de las limitaciones en los horarios y en las licencias de apertura, ha caído un 9,1%. En ese ámbito, el empleo ha crecido un 34% en la región de Aguirre, por sólo un 10% en la de José Montilla y Artur Mas.

La regulación comercial no es un tema menor. Este sector aglutina casi el 25% del PIB y un tercio de los puestos de trabajo. Sin embargo, su productividad es un 20% inferior a la media europea y un 35% menor que la norteamericana. Las dos medidas aprobadas por el Gabinete Aguirre van por el buen camino. Lo próximo habría de ser la completa desregulación de los horarios comerciales.

El resto de los Ejecutivos autonómicos debe tomar ejemplo de Aguirre, si es que quieren que sus regiones sean, como Madrid, cada día más libres y más prósperas.

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