Diego Sánchez de la Cruz y Juan Ramón Rallo han publicado en Libertad Digital dos textos altamente recomendables, sobre la pobreza en España y en el resto de Europa y sobre el número de desahucios registrados en nuestro país desde 2007, respectivamente. Dos textos que son dos auténticos bofetones en la granítica cara de los populistas de todas las partidas, que sin vergüenza chapotean en el fango abominable del cuanto peor, mejor.
Las cifras de Eurostat de las que da cuenta Sánchez de la Cruz informan de que España tiene una tasa de pobreza inferior no sólo a la media europea sino a las del Reino Unido e Italia, y muy similar a las de Alemania y Francia. Los datos confirman la evidencia negada, por ejemplo, por los ultras de Podemos, que sin vergüenza a la vez destacan los logros de auténticas máquinas de generar ya no pobreza sino la más absoluta miseria como la Venezuela de Chávez y Maduro o la Cuba de los Castro.
En cuanto al trabajo de Rallo, echa por tierra la cifra-mantra de las 600.000 familias despojadas de sus viviendas desde el año de la crisis. El número real es sensiblemente inferior y ni siquiera engloba al 1% de las familias españolas. Pero ahí siguen las formaciones políticas, las ONG y las personalidades menos escrupulosas desinformando a la población, agitando el espantajo del miedo, convocando al infame resentimiento.
Los que hacen agitprop sobre estas cuestiones ignorando o pervirtiendo los datos son una auténtica lacra, un lastre para la recuperación de la economía y la convivencia. Los indeseables que querrían convertir España en el reino del rencor y la infecta envidia no son de ninguna de las maneras la solución, sino parte crucial de los problemas que tenemos planteados como sociedad.