Una foto en la que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, posa con la mascota del mundial de fútbol de 1982, con el el hashtag #YoSoyNaranjito, se ha convertido este jueves en el tema más comentado en Twiter y ha conseguido ser el segundo Trending Topic Mundial. Cabría felicitar a Albert Rivera por esta exitosa campaña promocional si no fuera porque, como él mismo ha reconocido agradecido, se la había puesto en bandeja, horas antes, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando.
Efectivamente, en un nuevo y patético intento de desacreditar a Ciudadanos, el portavoz popular no tuvo mejor ocurrencia que dirigirse despectivamente a Albert Rivera como "Naranjito", haciendo alusión al color con que se identifica su formación. No es la primera vez que al PP le sale el tiro por la culata en el intento de desacreditar a una formación que no es la única, pero sí la principal destinataria de la intención de voto de un electorado que se siente traicionado por la deriva y falta de principios del partido de Mariano Rajoy.
Ayer mismo hacíamos referencia a la patética referencia que el popular Carlos Floriano hizo hace unos días de Ciudadanos como "partido catalán", y podríamos añadir muchas otras que dan la razón a los naranjitos cuando afirman que las descalificaciones que reciben del PP no hacen otra cosa que beneficiarles.
Con todo, la mayor y más impagable contribución del PP al nacimiento y, más recientemente, al crecimiento de Ciudadanos ha sido su renuencia a combatir sin complejos a los nacionalismos y hacer dejación de unos principios liberales y regeneracionistas que España necesita para superar tanto su crisis económica como su crisis como nación y Estado de Derecho.
Si la aparición de Ciudadanos en Cataluña no se explica sin la decapitación política de Vidal Quadras en tiempos de Aznar, su crecimiento y la expansión al conjunto de España que pronostican todas las encuestas tiene su principal base en la completa deriva que el Partido Popular ha tenido a nivel nacional bajo el liderazgo de Mariano Rajoy.
Es cierto que de esa frustración ante los dos grandes partidos, otrora nacionales, también se están beneficiando, aunque sea en mucho menor medida, otras formaciones regeneracionistas como UPyD y Vox. Todo parece indicar, sin embargo, que van a ser los naranjitos de Ciudadanos los que lideren y terminen por agrupar a todo ese disperso pero creciente electorado regeneracionista que aspira a ser alternativa a una decadente y nihilista casta política de la que los neocomunistas de Pablo Iglesias no son más que una totalitaria excrecencia.