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EDITORIAL

El permanente desprecio a la Ley de Rubalcaba

Por de pronto y mientras no nos demuestren lo contrario, podemos decir que, en la Puerta del Sol, la acampada ilegal sigue existiendo porque el Gobierno, personificado en la figura de su vicepresidente, quiere que así sea.

Todo indica que la jornada de reflexión de estas elecciones autonómicas y municipales vendrá marcada por los manifestantes que permanecen desde el lunes acampados ilegalmente en la Puerta del Sol. Es, cuando menos, chocante que se haya llegado a esta absurda situación. A estas alturas de la semana, el Ministerio del Interior debería haber hecho cumplir la prohibición de concentrarse acordada por la Junta Electoral de Madrid el pasado miércoles, pero ha permanecido inactivo durante dos noches consecutivas.

Alfredo Pérez Rubalcaba, titular de Interior y vicepresidente del Gobierno, dice una cosa pero hace otra. Juega con la prensa asegurando que cumplirá la Ley, pero no aclara si el cumplimiento pasa por desalojar la plaza ocupada de manera ilegal y convertida por los ocupantes en un asentamiento irregular donde se duerme, se cocina y se bebe alcohol hasta altas horas de la madrugada. De hecho, no hubiera hecho siquiera falta que se pronunciase la Junta Electoral al respecto: lo que está sucediendo en la Puerta del Sol es tan ilícito que la Delegación de Gobierno debería haber intervenido de oficio antes de que se llegase al momento actual.

Los últimos días de la campaña electoral han sido, literalmente, dinamitados por un grupo de manifestantes: todo cuanto suceda a partir de ahora será entera responsabilidad de Pérez Rubalcaba. Tiene, por el cargo que ostenta, la obligación de hacer cumplir la Ley y esto consiste en devolver a la normalidad esa plaza y todas las del país que están ocupadas por manifestantes. De lo contrario, por muchos malabarismos que haga durante las ruedas de prensa, habrá quedado en evidencia y tendrá que afrontar las responsabilidades políticas pertinentes.

Si no lo hace y, viendo en retrospectiva lo que ha sucedido durante esta semana, parece que no lo va a hacer, habrá que preguntarse qué interés oculto tiene el vicepresidente del Gobierno en prolongar una lamentable situación que está poniendo en jaque a su propio Ministerio, al Estado de Derecho y hasta al propio orden constitucional. Una pregunta a la que algunos compañeros de su propio partido, como el candidato por la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, o el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dan cumplida respuesta con sus declaraciones a favor de los ocupantes de la Puerta del Sol.

No todo vale para ganar votos en una campaña electoral. La Ley está ahí para que todos la cumplan, especialmente sus garantes. Por de pronto y mientras no nos demuestren lo contrario, podemos decir que, en la Puerta del Sol, la acampada ilegal sigue existiendo porque el Gobierno, personificado en la figura de su vicepresidente, quiere que así sea.

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