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EDITORIAL

Serena intolerancia

Con los intolerantes esquemas de Delgado, Iglesias y Regás ni siquiera es posible mantener y concluir un debate televisado.

La "España serena" de la que habló Rodríguez Zapatero sigue mostrando su auténtico talante. Cuatro tertulianos pro-gubernamentales, tres de los cuales han desempeñado altos cargos en Gobiernos del PSOE –Fernando Delgado, María Antonia Iglesias y Rosa Regás–, abandonaron este miércoles un programa de Canal Sur sobre la Ley de Memoria Histórica para no seguir debatiendo con Ignacio Villa, director de los Servicios Informativos de COPEy comentarista de Libertad Digital.

Semejante espantada hace que la acertada y, al tiempo, hipócrita afirmación de la vicepresidenta Fernández de la Vega de que "cuando se considera que quien piensa diferente es un enemigo, no hay convivencia", se quede corta. Con los intolerantes esquemas de Delgado, Iglesias y Regás ni siquiera es posible mantener y concluir un debate televisado.

Por lo visto, para estos clarificadores representantes de la "España serena" de Zapatero no hay ningún problema en referirse despectivamente a la cadena COPE como "la cadena de los obispos", pero les resulta inadmisible que alguien les recuerde, como hizo Villa, las mentiras de la SER al inventarse lo de los terroristas suicidas del 11-M.

Lo más grave, sin embargo, de estos desmemoriados apologetas de la sectaria "memoria histórica" que propugna Zapatero, es que traten a un sacerdote, no como representante de las víctimas de la brutal persecución religiosa que se perpetró en aquellos años en España, sino de alguien que, por su propia condición clerical, merece tan poco respeto como el que concitaría un representante legal de la familia Franco.

Para los sectarios esquemas de estos voceros de Zapatero, todo lo que no entre en su perspectiva es algo que no merece siquiera ser discutido. Ni admiten la convivencia, ni admiten el debate.

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