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EDITORIAL

Sin trabajo, ni subsidio

Los españoles estamos perdiendo nuestro trabajo, nuestros subsidios por desempleo y vamos camino de perder nuestras pensiones. Mientras tanto, el Gobierno y los sindicatos lo único que hacen es recordarnos que hace mucho tiempo que perdieron la vergüenza

Hasta la fecha no han sido pocas las ocasiones en las que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha descartado con gran vehemencia –por no decir desfachatez– la posibilidad de que nuestro país alcance los cuatro millones de desempleados, cifra jamás vista en España. Este martes, sin embargo, la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, no ha podido descartar esa posibilidad, que probablemente pueda quedarse corta a la vista de los últimos datos de desempleo. Y es que el número de parados registrados aumentó en enero en 198.838 personas, el mayor incremento en un solo mes que se haya producido en toda nuestra historia. El incremento representa un 6,35 por ciento respecto al mes anterior y coloca el número total de desempleados en 3.327.801, más de un millón de parados por encima que en el mismo mes de 2008.

Con todo, el presidente del Gobierno ha tenido la desfachatez de volver con la cantinela de que a partir de marzo o abril se empezaran a recuperar decenas de miles de puestos de trabajo gracias al Fondo de Inversión Municipal.

Las falsas esperanzas de Zapatero, sin embargo, no van a aliviar sino agravar todavía más la dramática situación que vive nuestro país. Hace unas semanas causaba un lógico y brutal impacto la noticia de que 820.000 familias tenían en paro a todos sus miembros en edad de trabajar, según datos del pasado mes de noviembre. No menos desesperada es, sin embargo, la situación de las 877.068 personas que, además de estar sin trabajo, no cobran ninguna prestación por desempleo; cifra que ascendería a 1.199.045 si incluimos los llamados "DENOS", ese grupo de personas que, a pesar de buscar empleo, el ministerio de Trabajo no incluye en sus maquilladas listas de parados oficiales.

A esta explosiva situación, a la que paulatinamente se unirán quienes vayan agotando su prestación a lo largo de este ejercicio, tenemos que unir el hecho de que el gasto en subsidios por desempleo en 2008 ascendió a 2.293 millones de euros en diciembre, un 62,9 por ciento más que hace un año.

Por otro lado, en enero la caída de afiliados a la Seguridad Social ha sido de 349.000 personas, lo que supone la inminente entrada en déficit del sistema, pues la brutal caída de cotizantes va a hacer que los ingresos en la caja de pensiones sean muy inferiores a los gastos. Así, a la ineficiencia propia del liberticida sistema de reparto, se le une el efecto de la recesión económica cuyas negativas consecuencias algunos sólo quieren ver sobre el sistema privado de capitalización. El hecho, sin embargo, es que nos dirigimos –si no estamos ya– a una quiebra técnica del sistema público de pensiones, como en los tiempos de Solbes.

Por mucho que la capacidad de huir de la realidad sea mayor en los organismos estatales (dados sus recursos impositivos y su irresponsabilidad a la hora de endeudarnos) el Gobierno debe dejar de agravar el problema con unas "soluciones" que sólo radican en recurrir al dinero del contribuyente, presente y futuro. Los españoles estamos perdiendo nuestro trabajo, nuestros subsidios por desempleo y vamos camino de perder nuestras pensiones. Mientras tanto, el Gobierno –sin olvidar a los sindicatos– lo único que hacen es recordarnos que hace ya mucho tiempo que perdieron la vergüenza.

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