Menú
EDITORIAL

Un Estado mejor, no mayor

El Estado en su conjunto deja de ser una solución para representar un formidable problema cuando se extralimita, cuando se desmanda, cuando se mete donde no se le necesita ni se le llama.

La profunda crisis que padecemos desde hace ya tantos años ha tenido por consecuencia una eclosión de regeneracionismo y reformismo. Todo el mundo clama contra esto y aquello y propone o dispone soluciones. También los partidos políticos, especialmente en las últimas fechas.

Sin duda es una buena noticia que la crisis haya hecho las veces de despertador o aguijón, que haya servido de acicate. Que por fin haya calado hondo la idea de que la economía no lo es todo, que de hecho los problemas económicos que padecemos tienen causa en otros más antiguos y de mayor calado. Ahora bien, las soluciones o concepciones-marco más extendidas no invitan al optimismo. Son más de lo mismo. Más de lo malo conocido.

El Poder Político, principal responsable de la crisis política, económica, cultural, nacional que padecemos, lejos de retroceder, adelgazar y corregirse, reclama más fondos, más presencia, más control sobre todos los ámbitos de la sociedad. Mal está el reclamo, pero peor aún es que buena parte de la sociedad esté en la misma onda. Es un tremendo error. El Estado en su conjunto deja de ser una solución para representar un formidable problema cuando se extralimita, cuando se desmanda, cuando se mete donde no se le necesita ni se le llama.

No necesitamos más Estado. Lo que necesitamos es que sea mejor. Para ello, debe replegarse, depurarse y concentrarse en su auténtico cometido: dotar a la sociedad de un marco legislativo claro, sencillo, no invasivo; velar por la vida y la hacienda de los ciudadanos y por el cumplimiento de los contratos; gestionar con el mínimo de burocracia posible la administración de la cosa pública, impartir justicia, defender los intereses nacionales dentro y fuera de nuestras fronteras.

Tenemos un grave problema de calidad institucional, lo cual explica la debilidad de nuestra sociedad civil. Si no lo solucionamos, no podremos avanzar en ningún otro ámbito. Si lo conseguimos, habremos dado un salto cualitativo y nos será mucho más fácil salir del hoyo.

En España

    0
    comentarios