Menú
EDITORIAL

Un terrorista menos, una esperanza más

La importancia de la eliminación de este cruel asesino por parte de las Fuerzas Armadas de Colombia va más allá de su papel como cabecilla, no en vano se trata de un psicópata que llevaba en la cúpula de las FARC más de treinta años.

Víctor Julio Suárez Rojas, alias "Mono Jojoy", era uno de los peores asesinos del narco-terrorismo colombiano, responsable máximo de las acciones sanguinarias de las FARC desde cuyo mando ordenó, y en ocasiones ejecutó, más de cien atentados indiscriminados contra policías, militares, políticos y población civil. El Gobierno colombiano y sus fuerzas armadas han obtenido de esta forma un gran éxito estratégico, que servirá para debilitar aún más a un grupo de asesinos que ha hecho del crimen una forma rentable de vida, por más que la mayor parte de la izquierda progresista pretenda velar esta realidad apelando al romanticismo de una supuesta lucha de clases que sólo creen los que prefieren engañarse a sí mismos y, de paso, autodegradarse en el proceso.

Pero la importancia de la eliminación de este cruel asesino por parte de las Fuerzas Armadas de Colombia va más allá de su papel como cabecilla de los grupos que ejecutaban directamente los atentados, pues, desde la desaparición de "Tirofijo" y la eliminación de "Raúl Reyes" en 2008, era sin duda el miembro de las FARC con mayor ascendiente entre el grupo de terroristas, no en vano se trata de un psicópata que llevaba cometiendo delitos por cuenta de la banda terrorista colombiana desde hace más de treinta años.

Desde el punto de vista puramente estratégico, la requisa del material informático en la operación que ha acabado con la vida de Jojoy va a aportar a las fuerzas antiterroristas colombianas un material extraordinariamente sensible, que en una primera inspección ha permitido al Gobierno calificarlo como mucho más importante que los datos extraídos de los ordenadores de "Raúl Reyes" en el golpe histórico en que cayó junto con parte de la banda.

Con esta operación antiterrorista constatamos que Juan Manuel Santos, sucesor de Uribe, mantiene el compromiso adquirido por el expresidente para acabar de una vez y para siempre con una banda de asesinos que ha sumido en el terror indiscriminado a la población colombiana durante demasiados años.

Este golpe contra las FARC debilita aún más a una organización terrorista que, afortunadamente, cuenta cada vez con menos simpatías también fuera de Hispanoamérica, a pesar de que haya políticos desnortados que siguen defendiendo el diálogo como herramienta para solucionar un problema que se reduce a acabar con un grupo terrorista organizado.

Los ciudadanos colombianos tienen motivos para confiar en que un día no lejano desaparezca el terrorismo que, en forma de guerrilla, asola su país. En ello está su Gobierno democráticamente elegido, al que sólo cabe aplaudir por su firmeza en la lucha contra el terrorismo izquierdista como han hecho ya algunos de sus colegas europeos con Sarkozy en primer lugar. La desaparición del "Mono Jojoy" con el caudal de información ahora en poder de las autoridades colombianas, es una buena noticia para Colombia pero también para los que defendemos la libertad. Por desgracia, en España no somos todos.

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 4 comentarios guardados