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EDITORIAL

Valls, Cs y la demencial campaña contra VOX

El gran valedor de Valls, Ciudadanos, ha de tener meridianamente claro que demonizar un potencial aliado como VOX es una colosal, injusta y suicida estupidez.

De todo se puede aprender y todo puede servir para reflexionar. El repugnante y violento boicot que han sufrido en sus propias carnes el candidato a la Alcaldía de Barcelona Manuel Valls y los líderes de Ciudadanos en Cataluña y España, Inés Arrimadas y Albert Rivera, por parte de un grupo de separatistas catalanes, que les han tachado de "fachas" y de "fascistas" durante un acto conmemorativo de la Constitución celebrado en la Ciudad Condal, debería hacer recapacitar al ex primer ministro francés para que se retracte de las disparatadas descalificaciones que había vertido sólo unas horas antes contra VOX por ser de "ultraderecha". En efecto, pedir un "cordón sanitario" contra una formación que ha defendido a capa y espada el orden constitucional y la unidad y permanencia de la Nación, base del Estado de Derecho, es una insidiosa insensatez que sólo deberían propagar los mismos enemigos de la Nación y de su orden constitucional que este miércoles han boicoteado y agredido verbalmente a Valls, a Arrimadas y a Rivera.

Si se tiene en cuenta que procede de un partido manifiestamente centralista como el socialista francés, y que él mismo fue calumniado por la extrema izquierda, que le llamó "xenófobo" y "racista" por su decidida lucha contra la inmigración ilegaldurante sus etapas como ministro del Interior y primer ministro de Francia, resulta especialmente sangrante que Valls recurra a las mismas sucias artimañas para perjudicar a una formación que, como Ciudadanos o el PP, nada tiene de fascista, xenófoba o racista. Basta echar un vistazo a las propuestas de VOX, o reparar en que uno de sus líderes es un catalán mulato oriundo de Guinea Ecuatorial, para comprobar que su liberalconservadurismo está en los antípodas del colectivismo estatista, socializante y totalitario del fascismo y del racismo nacionalsocialista.

El gran valedor de Valls, Ciudadanos, ha de tener meridianamente claro que demonizar un potencial aliado como VOX es una colosal, injusta y suicida estupidez. ¿Qué medidas de las promovidas por VOX para combatir la corrupción o impulsar el desarrollo económico de Andalucía hacen imposible el acuerdo entre ambas formaciones para, junto con el PP, el desalojo del poder al PSOE, que no sólo es el principal responsable del retraso relativo y la absoluta corrupción que asuelan esa parte de España, sino que ha recibido un muy justo castigo electoral por sus cambalaches con los golpistas y demás antisistema que instalaron a Pedro Sánchez en la Moncloa?

Aun cuando, afortunadamente, Riveraya no descarte un pacto con VOX para poner fin a 40 años de un régimen socialista infausto para Andalucía, Cs parece seguir lejos de desacomplejarse y comprender lo que está en juego. Para empezar, su propia condición de partido con auténticas posibilidades de llegar al Gobierno de la Nación.

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